Los homicidios, dijo el presidente, van a la baja, al tiempo que se garantiza el derecho a la libertad de expresión. Sin embargo, la realidad golpea a las clases pobres que tienen que salir a los centros comerciales para darse cuenta que el aceite, que en 2018 costaba 25 pesos, hoy cuesta 70 pesos; el huevo que costaba el cono de 30 en 45 pesos, hoy está en 80 pesos. Las calles son más inseguras porque en el periodo de 4 años que lleva López Obrador, y de acuerdo con cifras del INEGI, se han registrado niveles récord de violencia con más de 35 mil asesinatos anuales de 2018 a 2021.
Sobre la libertad de expresión, el presidente no pierde oportunidad de fustigar a la prensa que no piensa como él. En el 2022 ha habido 16 periodistas asesinados en México. Los programas sociales no están rindiendo frutos, la corrupción los ha inundado, además de que un año de beca de los jóvenes construyendo el futuro no los libra de caer, después de ese periodo, en manos del crimen organizado. La corrupción sigue galopante. Un ejemplo claro de eso es Dos Bocas, donde el presupuesto para este proyecto emblemático de la 4T se ha duplicado gracias la mala planeación y a la mano negra de los familiares de Rocío Nahle en el proyecto. Ah, pero el presidente sólo fue a enunciar cuentas alegres, a dar de comer maíz con gorgojo a sus fieles.