Cuando habla de los servicios de Salud el presidente se cree que los mexicanos no nos enfermamos y que por ello no nos damos cuenta de los pésimos servicios de salud que ofrece el Instituto de Salud para el Bienestar. López Obrador dice que hay atención médica, medicinas, hospitalizaciones. Pero la realidad es que en los hospitales civiles y en los de especialización, los pacientes deben comprar hasta el agua destilada para que le apliquen a uno una inyección.
Ah, pero el presidente se enoja porque no nos damos cuenta que el suyo es mejor que los gobiernos neoliberales. Hasta presume su Guardia Nacional que quiere militarizar, cuando siendo candidato criticaba y repudiaba la militarización del país. No entiende el presidente que los enojados somos otros, los millones de mexicanos que votamos por él y que nos hemos dado cuenta que no sólo resultó ser igual a los otros, sino peor.