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¿Nueva Escuela Mexicana?

Sergio González Levet / En su afán de sacar adelante una transformación que es tan artificial como dañina, las autoridades educativas de la SEP han echado a andar su Nuevo Modelo Educativo 2022, que se propone acabar para siempre con la educación “colonialista y neoliberal”, e instaurará la Nueva Escuela Mexicana, una entelequia de la que se viene hablado desde el principio de este sexenio pero que nadie atina a saber de qué va, porque existe sólo en el discurso y la imaginación desbordada del Patriarca de Morena.

El Nuevo Modelo fue dado a conocer por el Director General de Materiales Educativos de la Secretaría, un funcionario que lleva el bonito nombre de ¡Marx! Arriaga (digo, cualquiera se puede llamar como sea, pero hay apelativos que te marcan para siempre, como el del ciego al que le pusieron Casimiro), y como era de esperarse propone una educación, oiga usted, que sea “decolonial” (jajajá, por el terminajo), que no sea científica (sí, lo puse bien, “que NO sea científica”) y que se atenga al conocimiento ancestral de nuestros pueblos originarios (habría que ver cuál era la tecnología de los mexicas para los celulares).

Recurro a lo que dicen los que sí son especialistas en el tema, como mi estimado Gilberto Guevara Niebla, doctor en educación y un Subsecretario de Educación Básica que no aguantó los deslices de AMLO, al grado que prefirió renunciar y acusar lo que se quiere hacer con la educación de nuestros niños y jóvenes, que es convertirla en un arma propagandística del régimen morenista.

Dice Gilberto que la Nueva Escuela Mexicana “se ha considerado como un afán de carácter político con el que se busca llenar el vacío de acciones propiamente educativas que ha caracterizado al gobierno de López Obrador”.

Y le sumo lo dicho a Proceso por el doctor Gregorio Hernández Zamora, investigador de la UAM-Xochimilco: “La llamada Nueva Escuela Mexicana es un

proyecto que se ha quedado en el puro papel y en el discurso, pues no ha conseguido ningún cambio en el sistema educativo nacional y veo muy difícil que lo logre en lo que resta del sexenio. El fin principal de todo proyecto es mejorar el aprendizaje y la formación de los estudiantes, cosa que no ha ocurrido con este modelo educativo, pese a todo el ruido político y a que se le presente como muy revolucionario. No hay nada de eso. Es pura ficción, una gran simulación”.

¡Una gran simulación! Parece que el maestro ha dado en el clavo, porque este gobierno se la ha pasado aparentando que hace las cosas bien, mientras derrocha los dineros públicos en obras inservibles y se dedica a tratar de perpetuarse en el poder por la vía de la compra de votos y de todas las marrullerías electorales imaginables.

La educación en México, que dejaba mucho que desear, ha sufrido un retroceso de años que nos costará sangre, sudor, lágrimas y esfuerzo resanar.

Pero ahí está a frente ahora Leticia Ramírez.

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