Armando Ortiz / Todos los días los mexicanos son testigos del desdén y desprecio que siente el presidente López Obrador por el periodismo crítico, ese periodismo que no se pone del lado de su movimiento, que no comparte su visión de realidad. Desde la mañaneras han salido los siguientes calificativos expresados por el presidente de México: Prensa fifí, conservadores, chayoteros, maiceados, hampa del periodismo. Desde la Presidencia se han promocionado los siguientes hashtags: #PrensaProstituida, #PrensaChayotera y #PrensaSicaria. El mismo presidente dijo: “Le muerden la mano a quien les quitó el bozal”. Por ello, que a nadie extrañe que el 2022 haya sido el año más mortífero para los periodistas en la historia de México. Tan sólo en lo que va de este 2022, 15 periodistas han sido asesinados. RSF dio a conocer un detalle interesante del desdén del presidente sobre la muerte de los periodistas: “A pesar del vértigo que causan estas cifras, de los catorce periodistas asesinados este año, el presidente López Obrador solo ha condenado públicamente cinco”. Por ello, con un presidente que se la pasa atacando a los periodistas, no es de extrañar que México sea el país más peligroso para ejercer el periodismo entre los países que no están en guerra. ¿Está situación habrá de cambiar? No mientras López Obrador siga en la presidencia.
La increíble y triste historia de “El Chueco”, dice que él llegó a poner paz y acusa a otro hombre y a un cura de los asesinatos de los jesuitas
José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, ya siente cerca los pasos de la autoridad. “El Chueco” es acusado del asesinato de dos sacerdotes jesuitas y de un guía de turistas. José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco” es un generador de violencia, a quien se le adjudican varios homicidios, entre ellos el de un ciudadano norteamericano que acudía a la zona a brindar servicio a las comunidades. El mismo Javier Corral, exgobernador de Chihuahua, había prometido la captura de este sujeto, que se paseaba por las comunidades protegido por las mismas autoridades. Pero “El Chueco”, después de que su equipo perdiera un juego de beisbol, se fue contra los jugadores del equipo contrario. Los persiguió y asesinó a dos. Más tarde ocurrió lo de los jesuitas y el guía de turistas, quien venía huyendo de él. Ahora “El Chueco”, o alguien que se hace llamar “El Chueco”, grabó un video en el que explica que él es un alma de Dios, que él no tiene nada que ver con el asesinato de los jesuitas; que los crímenes los cometió un “chavalo” en colusión con un sacerdote. José Noriel Portillo dice que el iba pasando por la parroquia de San Francisco Javier en Cerocahui, municipio de Urique cuando escuchó disparos. Bajó de su auto y fue corriendo para ver qué pasaba y ahí encontró a un “chavalo” quien había asesinado a dos personas. “El Chueco” dice que le preguntó al “chavalo” por qué había hecho eso, y le dijo que se había metido en un gran problema. Entonces vio a un cura que se estaba riendo de lo sucedido y él le preguntó, ¿y usted de qué se ríe? “El Chueco” se dice inocente y sólo quiere que le pregunten al cura quien en realidad mató a los jesuitas. Por supuesto, dado que José Noel Portillo no da la cara, pues en el video aparece con un pasamontañas blanco, las autoridades investigarán para saber si el del video es el buscado Chueco.
La eficiencia de la 4T. Mineros atrapados serán rescatados hasta dentro de 11 meses; 6 meses si les va bien, eso dijo directora de Protección Civil
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador hubiera querido rescatar a los 10 mineros atrapados en la mina El Pinabete. Le hubieran servido para tomarse la foto, como le agradecieron los mineros en la única visita que hizo, nada más de refilón. “Le agradezco que haya venido a tomarse la foto con mi dolor”, dijo uno de los familiares al presidente en ese entonces. Laura Velázquez, coordinadora de Protección Civil del gobierno de López Obrador declaró a los familiares, a quienes estuvieron diciendo que ya pronto rescatarían a los mineros, que en realidad el rescate tardará de 6 a 11 meses. Para Laura Velázquez la única opción que queda es abrir un tajo con obras de rampas de acceso inclinado para abrir una entrada a la mina desde la superficie. Los familiares no quieren esperar tanto, ya han esperado mucho por lo que reclaman: “No sabemos cómo estén ahorita menos de 6 a 11 meses”. Al gobierno no le ha quedado de otra que tratar de comprar a los dolientes con una indemnización, sin embargo, los familiares no quieren una indemnización, lo que quieren es que el gobierno encuentre otra alternativa para que se rescate a sus familiares, pero no una que tarde hasta agosto de 2023.