Todos los días los mexicanos son testigos del desdén y desprecio que siente el presidente López Obrador por el periodismo crítico, ese periodismo que no se pone del lado de su movimiento, que no comparte su visión de realidad. Desde la mañaneras han salido los siguientes calificativos expresados por el presidente de México: Prensa fifí, conservadores, chayoteros, maiceados, hampa del periodismo. Desde la Presidencia se han promocionado los siguientes hashtags: #PrensaProstituida, #PrensaChayotera y #PrensaSicaria.
El mismo presidente dijo: «Le muerden la mano a quien les quitó el bozal». Por ello, que a nadie extrañe que el 2022 haya sido el año más mortífero para los periodistas en la historia de México. Tan sólo en lo que va de este 2022, 15 periodistas han sido asesinados. RSF dio a conocer un detalle interesante del desdén del presidente sobre la muerte de los periodistas: «A pesar del vértigo que causan estas cifras, de los catorce periodistas asesinados este año, el presidente López Obrador solo ha condenado públicamente cinco».
Por ello, con un presidente que se la pasa atacando a los periodistas, no es de extrañar que México sea el país más peligroso para ejercer el periodismo entre los países que no están en guerra. ¿Está situación habrá de cambiar? No mientras López Obrador siga en la presidencia.
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