Miguel Hermida, diputado

Miguel Hermida Copado FOTO: ESPECIAL
- en Opinión

Sergio González Levet / A sus 40 años ya puede presumir de un buen pasado como panista, de una experiencia robusta de 22 años dentro del partido pues se afilió como adherente en el año 2000, a sus 18 años que le permitieron ya participar activamente e ir subiendo en el peldaño blanquiazul hasta llegar a ser dirigente de las juventudes en su municipio, Veracruz Puerto, en donde sigue viviendo, dentro del centro histórico para que no quepa lugar a dudas de su condición de jarocho entrañable.

A sus 40 años, Miguel Hermida Copado sigue siendo sin embargo un político joven, con el tiempo a su favor para continuar su sueño, que se cumplió originariamente cuando llegó a ser diputado, como lo quiso desde que empezó “a hacer política” pegando propaganda de Acción Nacional en los postes, pero de otros y otras.

“Me hice panista porque mi madre me llevó información del partido desde que yo era muy joven, y me fui convenciendo de su ideología, de sus planteamientos para lograr un mejor país, una mejor vida. Era la campaña de Vicente Fox, y ahí la acompañé a ella en la campaña por el Puerto, y después participé como funcionario de casilla. A mis 18 años fue una verdadera proeza aguantar todo un domingo revisando el proceso electoral, protegiendo actas, y al final de esa jornada interminable nos dimos cuenta que habíamos ganado la elección nacional, que se estaba inaugurando una nueva era para el país, que habíamos sacado al PRI de Los Pinos”.

Reunido con el Grupo de los Diez (que para algunos políticos resulta imponente), desde su ímpetu nos dice que percibe que como oposición sus correligionarios han cometido el pecado de no difundir adecuadamente lo que realizan, lo que sienten y lo que piensan.

“Por eso no faltan quienes piensan que no estamos haciendo lo correcto o que no estamos haciendo nada, y que así nunca le vamos a poder ganar a Morena, que se quiere perpetuar en el poder”, nos confiesa, y nos aclara que en el PAN están

trabajando primero por reconocer que hay grupos internos -lo que no es necesariamente malo- y después ir hallando las conexiones que permitan que los intereses particulares de unos y otros transiten hacia el interés del bien común -que es uno de los postulados fundacionales del partido-.

Miguel Hermida se confiesa afín al grupo de Miguel Ángel Yunes Linares -“Soy de la misma generación que Fernando Yunes Márquez y muy cercano en edad también a su hermano Miguel”-, pero reconoce que hay en el panismo personas de gran valía, como Enrique Cambranis, que representa otra corriente “pero eso no significa que estemos en contra de él y su grupo, ni mucho menos”.

Este joven político jarocho aguantó a pie firme la andanada de preguntas de todos calibres que recibió de reporteros no viejitos pero sí muy experimentados, y le reconocimos que nunca perdió los estribos ni se dejó ganar por algún miedo. Por eso le auguraron en esa reunión que tiene futuro, que su sueño no se desvanece después de haber logrado la diputación y que le esperan cosas importantes en adelante, porque la vida no es tan corta como parece y no es muy seria en sus cosas, como dijera Juan Rulfo.

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