Armando Ortiz / Una vez inaugurada la refinería Olmeca de Dos Bocas en Tabasco, el gobierno federal ha pretendido olvidarse del asunto, como para que los mexicanos no se den cuenta de que su refinería inaugurada no está produciendo gasolina, pero sigue exprimiendo del presupuesto. De acuerdo con Bloomberg, la semana pasada “el consejo de la petrolera estatal aprobó un mayor presupuesto para el proyecto, pero la votación estuvo lejos de ser unánime”. Al parecer los consejeros independientes, los que no están en la nómina del gobierno federal, están en desacuerdo de que se siga entregando dinero para la construcción de una refinería sin que haya una nítida rendición de cuentas.
Anota Bloomberg: “Tres miembros votaron por rechazar el nuevo plan de gastos, señalaron. Y al menos un miembro que lo aprobó expresó su preocupación por la falta de rendición de cuentas en la gestión de costos. Junto con aumentar el presupuesto, la junta también eliminó la metodología utilizada para monitorear los costos del proyecto, eliminando lo que algunos consideraban un medio fundamental de supervisión”.
Por supuesto, la opacidad en el gasto de los recursos tiene como objetivo ocultar la mano negra del esposo de Rocío Nahle en la contratación de empresas de familiares y amigos, así como la intervención de los hijos de López Obrador en la contratación de las empresas extranjeras en el proyecto. Esto, aunado a la crisis financiera mundial, ha llevado a que una refinería de 8 mil millones de dólares vaya a terminar costando 18 mil millones de pesos; otros dicen que costará 24 mil millones de dólares, es decir, 3 veces más de lo proyectado.
Murillo Karam, como otros funcionarios federales en el caso Ayotzinapa, sólo encubrieron al Ejército; AMLO los exculpa pues los quiere en las calles
En el momento en el que el presidente López Obrador pide que se autorice poner al Ejército en las calles, el informe que diera a conocer Alejandro Encinas sobre el caso Ayotzinapa acusa que entre los responsables de esa matanza estuvo el Ejército. Encinas dijo en su informe: “La Sedena tenía dentro de la normal al soldado Julio César López Patolzin, quien estaba realizando informes para la secretaría en la escuela, era el responsable de informar lo que acontecía en las asambleas y de las movilizaciones, e incluso estaba informado de los actos preparatorios de la marcha de 2 de octubre”.
Julio César Patolzin es uno de los 43 de Ayotzinapa y los mandos del Ejército no llevaron a cabo ninguna acción para garantizar su integridad y su búsqueda. Encinas acusó que “todas las autoridades federales, estatales y municipales estuvieron informadas de la toma de camiones, del traslado de estudiantes a Iguala, de su llegada al Rancho del Cura y a la caseta de Iguala, su arribo a la central de autobuses, de los hechos de persecución y de violencia de que fueron objeto”.
Todos los supieron, incluido el Ejército. Sin embargo, nada hicieron para impedir la matanza. Ante este escenario, Murillo Karam lo único que hizo presentando su “verdad histórica”, fue encubrir al Ejército. Ese Ejército que el presidente quiere mandar a las calles para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Comensales de Polanco muestran a Manuel Bartlett y a su “no esposa” todo el repudió que sienten por la 4T
A Manuel Bartlett se la ha acusado de nepotismo e influyentismo. Su hijo trató de vender al IMSS unos ventiladores para pacientes con covid, en 10 veces su precio, ventiladores que por cierto no servían. A Bartlett se le encontraron varias propiedades que no anotó en su declaración patrimonial, pues argumentó que estaban a nombre de su “no esposa” Julia Abdala Lemus. Bartlett es el artífice de la fallida Reforma Eléctrica, pues pretende mantener el monopolio de CFE en todo el país, marginando a las energías renovables. Bartlett también es señalado de haber participado en la tortura de Enrique “Kiki” Camarena y en la muerte del periodista Manuel Buendía.
Pues este personaje tan “querido” en México, se dio una paseada a un restaurante en Planco, acompañado de su “no esposa”. Apenas estaban sirviéndoles su comida cuando los comensales empezaron a abuchearlos. La periodista Lourdes Mendoza relata el momento en sus redes sociales: “El resto lleno y nadie dijo nada, hasta q pidió la cuenta y le empezaron a gritar muchísimos comensales: rateros, corruptos, ladrón, vende patria y se salieron”.
Al parecer la señora Julia, “no esposa” de Bartlett, regresó para encarar a los que les gritaron, pero fueron los encargados del restaurante los que le pidieron que se retirara. Como no se quería retirar, el mismo Bartlett y sus guaruras tuvieron que ir por ella para echarla en la camioneta e irse. Así aprecian los mexicanos a los funcionarios corruptos de la 4T.
Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra
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