En un mensaje de Facebook anotó: «No es posible que encima de que te atienden HORRIBLE en el INE del coyol y que te quieran poner a esperar a que te pasen en el sol a casi 40 grados TE TOMEN LAS FOTOS MÁS FEAS DEL MUNDO Y NI SI QUIERA TE PONGAN UN FILTRITO. Pésimo servicio, me pura wanguilla envidiosilla (sic)». La verdad es que no hubo tal encono contra la joven, la verdad es que la cámara del INE no engaña porque no tiene filtros como el Instagram.
La influencer se siguió quejando: «Se me arruinó mi pinche día con esta identificación. En serio, esta foto yo creo que me la editaron para verme así de mal, yo no me veo así de fea, yo no estoy así de fea, la neta. Me la editaron para ver así de fea, por que yo fea no soy. O sea, yo seré lo que sea, pero fea no soy. Vean la miseria de foto que me tomaron». ¿Y qué esperaba? Como las jóvenes dicen hoy día, «la que es bella es bella, la que no pues que se opere». Pero algunas, operadas, se siguen viendo bastante autóctonas.