Cuando los Fiscales son improvisados terminan en prisión

El exfiscal de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, fue detenido en Puerto Escondido, estado de Oaxaca, confirmó la Fiscalía General del Estado (FGE), a cargo de Verónica Hernández Giadáns FOTO: WEB
*Winckler olvidado por MiYuli, medios afines y aduladores
*Pericles y González Rebolledo hicieron respetar sus cargos

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / HAN TRANSCURRIDO 32 días de la detención en Oaxaca, traslado al reclusorio de Pacho Viejo y, finalmente, envío del ex Fiscal Jorge Winckler Ortiz al Penal de Máxima Seguridad de El Altiplano en Almoloya de Juárez por los presuntos delitos de desaparición forzada y privación ilegal de la libertad, y que se sepa, hasta el momento no ha habido un solo pronunciamiento de quien lo impuso en ese cargo, y a quien sirvió lealmente persiguiendo y encarcelando a duartistas, algunos merecidamente por la cauda de ilícitos cometidos que van desde desaparición forzada de personas, crímenes no aclarados en donde se sospecha la participación de las fuerzas del “orden”, saqueo de las arcas públicas y negocios subrepticios a la sombra del poder, aunque a otros sin deberla ni temerla y solo para asumirse incorruptibles los encarcelaron, aun cuando los delitos de que les acusaron no tenían sustento. Winckler Ortiz, un joven abogado postulante que tenía mucho por hacer, pero que la ambición desmedida lo llevó a aceptar un cargo para el que no estaba preparado, quizá esté pagando las culpas de su inmadurez, y el no tener la autoridad para rebatir al Gobernador en turno y hacerle ver que se le pasaba la mano, pues siendo autónoma la Fiscalía Estatal la convirtió en una instancia al servicio del, entonces, Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares a quien le debía lo que era, y acaso por ello, sin mediar excusa puso la dependencia a su servicio y el, Winckler, se ufanaba de tanto y semejante poder, pues era dueño de la libertad o cautiverio de una persona. En pocas palabras, obligado por las circunstancias, pasó de lo verde a lo podrido, saltándose la etapa más importante: la de la madurez profesional e individual.

Y ES que a pesar de que la Fiscalía General del Estado es una institución autónoma que dirige la investigación pre procesal y procesal penal, procurando el acceso a la justicia con sujeción a los principios de oportunidad y mínima intervención penal, con especial atención al interés público y a los derechos de las víctimas, de un tiempo a la fecha se ha convertido en el brazo ejecutor de los gobernadores en turno, y sucedió más acentuadamente con Javier Duarte de Ochoa, con Miguel Ángel Yunes Linares y, ahora, con Cuitláhuac García Jiménez, y a diferencia de Verónica Hernández Giadáns que va por el mismo camino, sus antecesores terminaron en prisión tras perder el piso y convertirse en marionetas de los gobernadores que los impusieron, algunos por jóvenes, otros por inexperiencia y los más por ambición desmedida, pero todos cuando el partido de sus jefes extravió el triunfo y ya no pudieron continuar pero insistieron en hacerlo.

QUE TIEMPOS aquellos cuando el maestro Pericles Baltasar Namorado Urrutia fue designado Procurador General de Justicia del Estado en 1980, y con toda la dignidad del mundo presentó su renuncia luego que al Gobernador Agustín Acosta Lagunes se le ocurrió una persecución de sus enemigos políticos que nada tenía que ver con la función de procurar justicia, y si con revanchismos personales. Namorado tenía autoridad moral, pues además de ser egresado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la UNAM, comenzó desde abajo siendo agente del Ministerio Público de Tuxpan, de donde pasó a ser agente auxiliar en la Procuraduría General de Justicia. Fungió como Presidente municipal de su tierra natal, fue dirigente del PRI tuxpeño, y llegó a ser Presidente del Tribunal Superior de Justicia. También Diputado federal y como tal, jefe de la Comisión de Justicia y Puntos Constitucionales donde redactó el dictamen sobre la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales, LOPPE, y elaboró el proyecto de Ley Orgánica del Honorable Congreso de la Unión. Fue representante del Congreso mexicano en el Congreso Interparlamentario, en Praga. Negoció la agenda para una reunión interparlamentaria en Washington, fue Magistrado del Tribunal Superior de Justicia (miembro de la 3ª Sala Civil), y volvió a ser Procurador de Justicia del Estado en el gobierno de Miguel Alemán Velazco. Otra vez fue Presidente municipal de Tuxpan en 1993, Diputado local y como tal, presidente de la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política y coordinador de la mayoría parlamentaria desempeñándose, en los recesos, como presidente de la Comisión Permanente. Fue docente, catedrático y escribió infinidad de libros, y todo ello le dio autoridad moral y académica para poder decirle, no, a un Gobernador cuando alguna instrucción carecía de sustento.

Y QUE decir de otro ex Procurador de Justicia como el maestro Ignacio González Rebolledo quien, a diferencia de Namorado Urrutia, era egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, y que mucho antes de ser Procurador de Justicia se desempeñó como Agente Tercero del Ministerio Público; Juez Mixto de Primera Instancia en Coatepec, Juez Primero y Juez Segundo de Primera Instancia en Xalapa; Jefe del Departamento Jurídico del Gobierno del Estado, Diputado Federal; Secretario Particular del Jefe del Departamento del Distrito Federal, Coordinador de Divulgación de Relaciones Públicas de la Delegación Regional Veracruz Norte del IMSS; Diputado y Federal, Presidente Municipal de Xalapa, Delegado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del Gobierno Federal, además de catedrático. En el Gobierno de Miguel Alemán Velasco fue Procurador de Justicia, pero su carretera estaba precedida de experiencia, de formación, de autoridad moral y jurídica, que es de lo que han carecido los últimos tres Fiscales de Justicia del Estado impuestos desde la cúpula (con cero experiencia en procuración de justicia), y acaso por ello los yerros cometidos que más temprano que tarde, al cambio de otro Gobierno, terminan destituidos y en prisión.

JORGE WINCKLER, insistimos, fue víctima de su propia inexperiencia, pues a sabiendas que no reunía ciertos requisitos para ocupar el cargo, fue cegado por la ambición del “si no es ahora cuando”, y aunque en el ejercicio de su función el Gobernador que lo impuso le dispenso toda suerte de respaldo, y le doró el culto a la personalidad con medio centenar de guardaespaldas, y el propio Fiscal viajaba en camioneta blindada y gastos para repartir, incluso, a medios de comunicación que validaban todo lo que hacía, hoy que está detenido en Almoloya de Juárez, en una celda de máxima seguridad nadie ha sacado la casca por su persona (salvo la diputada Federal, Marijose Gambia), ni medios ni el ex Gobernador que lo llevó a la gloría y que, según dicen, terminó hundiéndolo en el infierno para salvarse él, situación que anima a pensar que el ex funcionario podría permanecer muchos años en prisión si la Cuarta Transformación sigue en el poder, truncándose así una vida que pudo ser exitosa en materia jurídica de no haber sido tocada por la codicia y el aspiracionismo sin dificultades. Ojalá su caso se resuelva y que, de verdad, no haya sido puesto, como la cabeza de Juan el Bautista, en charola de plata. OPINA [email protected]

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