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De embajadora a carga mochilas. Josefa González Blanco, embajadora de México en Reino Unido recibe a hijo de AMLO en aeropuerto y hasta le carga su mochila

Armando Ortiz / ¡Viva la pobreza franciscana, abajo el influyentismo! Al parecer todo lo que pregona el presidente López Obrador es contrario a lo que practica. Por un lado, exige pobreza franciscana a sus funcionarios públicos, medida que por cierto nadie está tomando en cuenta, y por otro ya mandó a su hijo Ernesto a estudiar al Reino Unido. Por supuesto, los reproches le llovieron de inmediato. Muchos le preguntaron al presidente por qué no mandaba a su hijo a Cuba, si tanto pondera la educación en la isla; por qué no lo mandó a Venezuela, tanto que defiende a su dictador. Como cualquier padre fifí, López Obrador envió a su hijo a estudiar a Inglaterra. Y no sólo eso, sino que encomendó a la embajadora de México en Reino Unido, a Josefa González-Blanco Ortiz-Mena, para que recibiera a su hijo en el aeropuerto, como si el chamaco fuera un dignatario extranjero; bueno, hasta la mochila le tuvo que cargar al muchacho haragán. Vaya manera de poner por los suelos el servicio exterior mexicano, hacer de una embajadora, una representante de México en el Reino Unido, una simple pilmama; la nana que le debe de cantar una canción de cuna al hijo del presidente para que se quede dormido el angelito. Nuevamente lo repetimos: ¡Viva la pobreza franciscana, abajo el influyentismo! Mañana el argumento del presidente será el mismo: “Son tan viles los conservadores, que se meten hasta con un niño”.

¿Qué le dijeron a López Obrador de Álvarez-Buylla? Ya la iba a nombrar en la SEP pero echó para atrás el nombramiento

La llevó a la mañanera, ¿para qué? ¿Nada más para decir que María Elena Álvarez-Buylla no iba a ser la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública? Como que son muchas molestias para un simple descarte. Los que saben dicen que el presidente López Obrador ya tenía preparado el nombramiento, pero no lo hizo, antes bien la llamó y ponderó su trabajo en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. En su conferencia mañanera de este marte el presidente dijo sobre Álvarez-Buylla: “¿Quién es María Elena? no lo sabe la gente porque ha sido muy maltratada. Tiene tres cualidades, cuando meno: profesional, fue premio Nacional de Ciencias y no en este Gobierno. “Dos, es una mujer honesta, nada que ver con los que estaban ahí; tres, tiene convicción social, tiene convicciones, piensa en el pueblo, por eso no va a ir a Educación”. En serio, ¿por qué piensa en el pueblo no irá a Educación? Señala el columnista Mario Maldonado, quien el día lunes anunció la llegada de la titular de Conacyt a las oficinas de la SEP: “El lunes, Álvarez-Buylla se despidió de su círculo cercano en el Conacyt, donde hace algunos días se rumoraba entre los más íntimos de la bióloga que el Presidente le había ofrecido la Secretaría de Educación. El sueño se hizo realidad y, con todos los negativos que significa para el gobierno, el presidente y sobre todo para la educación pública, tomará el lugar de Delfina Gómez en los siguientes días”. Pero de último momento, algo le dijeron al presidente que simplemente reculó, algo que se le está haciendo costumbre.

El día que Mario Delgado, Manuel Bartlett, Citlalli Hernández y hasta López Obrador repudiaban la militarización del país; ahora la aplauden

Dice el presidente, como si nos estuviera reprochando sus malas decisiones, que su obligación es gobernar el país, como si lo estuviera haciendo bien. Por ello, y para brindar más seguridad a los ciudadanos, ha decidido militarizar a la Guardia Nacional, postura contraria a la que siempre mantuvo cuando fue candidato de oposición. Pero no sólo eso. López Obrador pretende con un decreto, pasar por encima de la Constitución; es que su obligación es gobernar, mal o bien, pero gobernar. En redes sociales le están recordando a López Obrador y a otros dirigentes de Morena, aquellos tiempos no lejanos en que repudiaban la militarización del país. Mario Delgado, Manuel Bartlett, Citlalli Hernández y el mismo López Obrador decían que “no es con el Ejército como se pueden resolver los problemas de inseguridad y violencia del país, además de que no se debe de utilizar para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles”. Citlalli Hernández, secretaria general de Morena decía que la militarización era el principio del fascismo en México. Mario Delgado leía de la misma Constitución: “Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil”. Manuel Bartlett discursaba en tribuna: “Esa necedad de meter al Ejército a donde no debe de estar y poner en riesgo al país… seriamente analicen, porque sí se va a militarizar al país”. Hoy estos tres, junto con el presidente, aplauden la medida de que la Guardia Nacional dependa completamente del Ejército. Si eso no es incongruencia; si eso no es traicionar sus ideales, ¿entonces qué lo es?

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