Cuando la política partidista pervierte el objetivo que debe tener un sindicato, éste deja de representar a los trabajadores y la defensa de los derechos laborales queda relegada a segundo plano. Desde luego que todos los mexicanos tienen derecho a votar y ser votado y a formar parte de algún partido político, sin embargo, se les eligió para que representen y defiendan a los agremiados, independientemente de las preferencias políticas y partidistas. En Veracruz, el sindicato magisterial mayoritario, nos referimos a la Sección 32 del SNTE, que dirige Daniel Covarrubias, ha sido capturado y seducido por Morena; se les vio muy apurados convenciendo a los agremiados de trabajar y recibir línea del liderucho morenista local en la selección de delegados.
También las organizaciones pipioleras que tiene representación en el edificio de la calle Saltillo esquina Aguascalientes de la colonia Progreso Macuiltépelt, se han empinado para formar parte de las estructuras morenistas. Están en su derecho, pero no se vale que utilicen recursos de los agremiados para hacerse de una incipiente e incierta carrera política. Si quieren hueso, que lo busquen, pero con dinero de su propia bolsa.
Por cierto, las huestes callejistas, ahora buscan conformar y darle forma a un mamotreto llamado Equipo Político Veracruzano ante las autoridades electorales, desde luego con la intención de contar con un brazo político para poder negociar y presionar en las próximas elecciones. Desde luego que están en su derecho, sólo que es necesario que lo hagan con recursos propios y sin descuidar sus obligaciones para las que fueron elegidas. O ¿eso, es mucho pedir?
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