Jenaro Villamil durante mucho tiempo mostró una actitud congruente como reportero y articulista de la revista Proceso. Lo suyo durante mucho tiempo fue desenmascarar el contubernio entre Televisa y el gobierno de Enrique Peña Nieto. Pero una vez que llegara López Obrador a la presidencia y él fuera nombrado presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, las cosas cambiaron. Primero intentó poner en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología a su chichifo, David Alexir Ledesma como coordinador de comunicación e información estratégica del Conacyt. Al revelarse el amasiato sacaron al chichifo por la puerta de servicio.
Ahora el insigne periodista dice que los ataques en contra de la maestra Delfina Gómez, quien será la candidata de Morena al gobierno del Estado de México, son por racismo. En un mensaje de Twitter Villamil anotó: «Tanta furia contra la maestra #DelfinaGomez solo refleja algo: la rabia y el racismo de quienes se sienten derrotados y optan por la calumnia».
Dice racismo, y con ello pone en evidencia el cochambre que él trae en la mente. Habla de calumnia, pero olvida que Delfina Gómez fue declarada por el Tribunal Electoral como una delincuente, que le quitó durante cuatro años el 10 por ciento del sueldo a sus empleados en el municipio de Texcoco para las campañas políticas de López Obrador. La sentencia está dictada, no es una apreciación, el Tribunal Electoral ratificó esa sentencia.
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