Claro, eso en el discurso suena bien, pero en la realidad muchos ciudadanos se dan cuenta de los excesos diarios de muchos funcionarios públicos, de los hijos de estos funcionarios públicos, empezando por el presidente. Pero para el Grito no habrá “pobreza franciscana”, anuncia el presidente: “Estamos ahorrando porque la pobreza franciscana alcanza para que haya alegría y felicidad en nuestro pueblo. Van a estar con nosotros antes y después del grito, van a participar Los Tigres del Norte”.
López Obrador sabe que la fórmula para mantener contento al pueblo es pan y circo. Primero entrega sus becas y pensiones, y ahora el circo con Los Tigres del Norte. Es tan redituable el populismo que no importa pasar por alto sus absurdas normas de austeridad.