Señala la máxima bíblica: «De la abundancia del corazón, habla la boca». El secretario de Gobernación salió de su oficina para atender a unas madres de colectivos de desaparecidos que desde hace 15 días se han manifestado en los alrededores de la Secretaría de Gobernación. Adán Augusto López, una de las “corcholatas” consentidas de Andrés Manuel López Obrador, intentó tener un diálogo banquetero con ellas. Las madres le reclamaban que no habían sido recibidas por alguna autoridad. «Como mujeres mexicanas le solicitamos de verdad que nos reciba, que platiquemos», le reclamó una de las mujeres.
Adán Augusto le dijo a la mujer, «sí ya estoy platicando con ustedes». De inmediato de atrás una voz reclamó: «Pero esto es informal, queremos un documento firmado y sellado». Fue entonces que Adán Augusto se dio vuelta, ubicó a la mujer y le dijo en tono muy tabasqueño: «A ver señora, usted confía en mí». A lo que la mujer reviró: «Pues la verdad yo no confió en nadie».
De bote pronto, el secretario de Gobernación contestó: «Pues yo tampoco confió en ustedes». La mujer le dijo: «Yo soy la madre de un desaparecido y por ello no confió en las autoridades, necesito un documento con firma y sello». Aunque Adán Augusto le quiso componer señalando que ambos, autoridades y colectivos deben confiar, quedó muy claro que es lo que trae en la mente el encargado de la política interna del país, aspirante a la presidencia de México.
Colectivos de madres de desaparecidos protestan afuera de SEGOB, y ante la exigencia de las protestantes se le sale decir a @adan_augusto que tampoco confía en ellas. pic.twitter.com/Yn5jLqphE1
— Avi 🦆 (@avieu) August 2, 2022
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