El hijo del alcalde Tuxpan, exfuncionario de Sefiplan, se dice inocente de las acusaciones en su contra, de las “mentiras sobre su persona”. Habría que decirle a este junior mal habido que en realidad hay una denuncia ante el ministerio público donde lo acusan de intento de violación y acoso sexual. Lo presunta víctima asegura que José Manuel Pozos del Ángel, usando su posición de jefatura en la dependencia estatal donde laboraba, trató de obligarla a contactos físicos sin su consentimiento. Pero el hijo de Pozos Castro se defiende, asegurando que todo el caso es una mentira utilizada “para golpear un proyecto transformador, como es el verdadero deseo de los intereses perversos que promueven esta mentira”.
Vaya arrogancia, vaya engreimiento de un sujeto que seguramente ni siquiera voto por López Obrador en las elecciones de 2018, pues su persona estaba ocupada en otros asuntos. Pero ya montado en el tren de la Cuarta Transformación, José Manuel Pozos del Ángel se siente parte importante del “proyecto transformador”, de modo que los enemigos de ese proyecto lo ven como un objetivo importante que, de golpearlo, harían trastabillar a la Cuarta Transformación en todo el país.
Que se baje de su nube este remedo de funcionario quien por cierto utiliza una frase que debería provocarle escozor: “Intereses perversos”. Lo decimos porque precisamente la víctima, una joven de nombre Nancy, quien tuvo el valor de denunciarlo, lo dibuja como un tipo perverso, un sujeto que la acosó y que incluso tuvo intenciones de violarla. “Intereses perversos” lo de él, quien sintiéndose superior, hijo predilecto de la Cuarta Transformación, creyó que tenía derecho de pernada en su oficina.
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