Armando Ortiz / Veracruz se ha convertido en un burdel de la justicia. Los jueces del Poder Judicial y la Fiscalía del estado se prostituyen sin pudor a capricho del Ejecutivo. “Usted nada más díganos quien, señor gobernador, y nosotros le inventamos delito, le vinculamos a proceso y le damos prisión preventiva”. “Usted nada más díganos señor gobernador quien le cae mal, quien le estorba, quien lo anda llamando estulto y nosotros le damos sus coscorrones”. Casos para ejemplificar esa prostitución de parte del Poder Judicial hay muchos, pero uno de los más recientes es el de José Manuel del Río Virgen, quien fue acusado de homicidio sin pruebas contundentes, sólo por acusaciones de oídas, suposiciones absurdas del mismo gobernador y hasta del presidente de la República. Finalmente, la justicia federal tuvo que enmendarles la plana a los corruptos jueces de Veracruz, prostitutos a sueldo, chichifos del régimen. El mismo caso es el de Pasiano Rueda, alcalde electo de Jesús Carranza, quien la tarde de este jueves 28 de julio finalmente salió en libertad después de que un juez federal declarara inválida su detención y considerara ilícitas las pruebas en su contra. Todavía, cuando ya estaba por salir, el gobernador de Veracruz abrió la boca y lo acusó de estar vinculado con grupos del crimen organizado, cosa que bastó a sus jueces chichifos para tenerlo ahí unos días más. Pero ya salió libre y lo único que hicieron fue engrandecerlo.
Con unos hijos como los suyos, que presumen su riqueza mal habida, AMLO no puede hablar de “pobreza franciscana”
Recuerda usted ese discurso demagogo del presidente López Obrador que decía: “Si ya tenemos zapatos, ¿para qué más?”. Aseguraba el presidente de México en 2020, cuando todavía le quedaba algo de credibilidad: “Si ya se tiene la ropa indispensable, sólo eso. Si se puede tener un vehículo modesto para el traslado ¿Por qué el lujo?”. Es discurso se anuló unos meses después, cuando se descubrió la vida de lujos de su hijo José Ramón López Beltrán. Entonces nos enteramos que una petrolera norteamericana les había cedido una casa en Houston y que el señor, junto con su esposa, se estaba dando la gran vida viajando por todo el mundo. Algo que agravaba las cosas es que el propio hijo de AMLO y su esposa Carolyn Adams lo presumían en sus redes sociales. Eso no ha cambiado, es más, se ha vuelto más presumido. Ante esta situación que se vive en su propia familia, ¿cómo es posible que el presidente se atreva entonces a pedir “pobreza franciscana” para todos los miembros de su gobierno? Incluso, se atreve a insinuar que los mexicanos, quienes por millones ya viven en pobreza extrema, participen de su doctrina de austeridad al límite. Eso es, como dicen las abuelas, no tener madre.
López Obrador recula. Dijo que si el T-MEC implicaba pasar por encima de nuestra soberanía era mejor salirse; después dijo que siempre no
Envuelto en la bandera nacional el presidente Andrés Manuel López Obrador, el “gran soberano”, declaró en su conferencia mañanera: “Estamos hablando de la importancia, hablé de tres cosas que nos ayudan, la cercanía con el mercado más grande del mundo, de ahí la importancia del tratado, es importante sin duda; dos, la honestidad; y tres, la justicia. En lo primero, aun tratándose del mercado más importante del mundo, si tener acceso a ese mercado nos implica ceder soberanía, no lo aceptamos”. Algo le habrán pasado en una nota, alguna llamada le habrá llegado del exterior, porque a los pocos minutos el presidente de México reculó. Y es que el sólo admitir que México se podría salir del Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos, esto podría mover los mercados y hacer que las bolsas de valores colapsen. Ante esa irresponsabilidad alguien le hizo un llamado a tiempo porque minutos después el presidente corrigió, pues salirse del T-MEC “no le conviene a México ni a EU”. Es más, el presidente López Obrador dijo que le mandaría una carta a Joe Biden para ponerlo al tanto de su postura y para explicarle lo de las consultas solicitadas. Así las cosas con el presidente que dijo que no iba a pasar nada; al parecer está pasando todo.