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Winckler y la traición de su Judas

Edgar Hernández* / Aun cuando algunas voces yunistas –hablamos del Yunes represor del Estero- se han alzado en defensa del ex Fiscal General, Jorge Winckler, su pasado lo condena.

Presente en el imaginario colectivo su paso como supuesto abogado de los veracruzanos en donde hizo del poder un imperio del crimen y crisol del abuso de poder.

Por mandato de su patrón, éste lamesuelas, se dedicó a perseguir y meter a la cárcel, a quienes culpables o no, representaban o habían dedicado su tiempo en favor de fidelistas y duartistas.

Luego a imponer un imperio a modo del patrón, pasando por encima de la ley.

Este, que ni veracruzano era, empeñó sus mejores esfuerzos en ser selectivo respetando, desde luego, a quienes siendo responsables del saqueo de Veracruz, se mochaban con el jefe pagando en especie o en efectivo la compra de su libertad.

Hoy gritan por la inocencia de Winckler olvidando que si huyó por más de tres años y anduvo de perro flaco vagando por el país y fuera de él, fue por algo más que una persecución jurídica o política.

Finalmente sería una delación, que partió de su mecenas, la que daría lugar a su aprehensión en el balneario de Puerto Escondido, en donde lo pescaron, no como el Tigre de Santa Julia, pero si en bermudas y chanclas, disfrutando de las delicias de la playa.

A Jorge Winckler el imaginario colectivo lo habrá de recordar como el torturador favorito de los Yunes, insisto del Estero; como el cínico chantajista que se sentía intocable, quien no respetó las reglas de la institucionalidad y apego a la ley, pero sobre todo por ofender y agraviar hasta provocar la muerte de gente inocente.

Hoy humillado y sometido en Pacho, Winckler será medido con la misma vara con la que midió.

A la misma que se agrega un ingrediente más, la del vengativo gobernador Cuitláhuac García, quien tragó sapos al aguantar la negativa del hoy preso de dejar la Fiscalía al arranque del mandato moreno.

Desde Pacho el hoy reo, tal como lo describe el analista Miguel Angel León Carmona, cargará con su negro historial de abuso de autoridad.

De casos fabricados, impunidad y desapariciones forzadas que inició un malhadado enero del 2017 cuando asumió la responsabilidad hasta el 3 de septiembre del 2019 cuando huyó.

Este individuo cargará para siempre sobre sus espaldas al menos tres delitos de desaparición forzada y secuestro y los veracruzanos lo recordaremos por sus torpes inventos, al arranque del gobierno de Yunes Linares, para proceder contra la Secretaría de Finanzas por presuntos desvíos de 239 millones de pesos.

Eran inventos para perseguir a todo lo que olía a Duartismo.

Ese proteger y liberar a delincuentes como Leonel Bustos, ex director del Seguro Popular responsable del desvío de 2 mil 300 millones de pesos, siempre tuvo bajo sospecha al gobierno de Yunes, al igual que la liberación del multiasesino de policías Mauricio Ramírez.

Los presuntos hallazgos de fosas basado en credenciales de elector violando los protocolos de identificación de cadáveres y la increíble liberación de delincuentes peruanos pescados in fraganti en el lujos fraccionamiento de Las Animas.

Para el anecdotario de abuso de poder fue arrebatado juicio de procedencia contra el alcalde de Fortín, al igual que la sospecha que rodeo en el mismo sentido el caso del Secretario de Finanzas, Tarek Albdalá, aun prófugo.

Y lo peor.

La innoble e injusta aprehensión del ex gobernador Flavino Ríos, un pobre matalote cuyo pecado fue aceptar el interinato gubernamental de 27 días, luego que Javier Duarte dejara el cargo.

Las presuntas ligas de Winckler con los Zetas, las desapariciones forzadas en Tierra Blanca, los feminicidios de Pánuco, los secuestros no resueltos en la UV en donde se presume omisión por la desaparición de 27 estudiantes y la ejecución extralegal de menores presuntamente huchicoleros. Hondo caló y la presunta ejecución extrajudicial de las hermanas Grecia y Nefertiti “N” -de 14 y 16 años de edad- al descartar la responsabilidad de policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

Fueron, en fin, muchas las rapacerías de Winckler, al amparo de su jefe quien terminaría traicionándolo para salvar su pellejo, el de sus hijos y el de su nuera Paty Lobeira de Yunes.

Y, por lo pronto, la de Winckler pasará a ser una de las páginas más negras de la historia de Veracruz en cuanto a consumación de venganzas y crímenes impunes.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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