Como un títere de teatro guiñol, así fue manejada por el presidente la aún secretaria de Educación, Delfina Gómez, quien supuestamente encabeza las encuestas para quedarse con la candidatura de Morena a la gubernatura del Estado de México. Su paso por la SEP, será recordado por haber eliminado de un plumazo el Programa de Escuelas de Tiempo Completo. Eso sin mencionar que nunca logró aterrizar ningún programa o proyecto significativo, en gran parte por la pandemia y también por la inoperante y anquilosada red de colaboradores.
Por cierto, ante la inminente salida de Delfina Gómez Álvarez de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para competir por segunda vez por la gubernatura del Estado de México, ya se especula sobre quién será la persona que ocupe su lugar. Algunos creen que podría ser Marx Arriaga, director de Materiales Educativos; Luciano Concheiro, subdirector de Educación Superior; Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de Morena, y Raquel Sosa, directora de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez.
Desde luego que, lo peor que le podría pasar a la SEP y al magisterio mexicano, sería que llegara la madre de Luisa María Alcalde, una militante de Morena, dura e incondicional de ya saben quién. Como dijeran las abuelas, sería salir de Guatemala para entrar a Guatepeor.
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