Antes del mes de mayo, el presidente había dicho que el salario del maestro iba a ser superior a la inflación, no obstante, hasta el momento aún no se sabe con exactitud de cuánto fue el incremento. Algunos dicen que no rebasa el 4.7 por ciento de incremento directo al salario. Esta situación pone un verdadero desafío ante los maestros, ya que muchos gastan gran parte de su salario en combustible o en trasporte para dirigirse a sus comunidades.
Y si añadimos que los precios del huevo, la papa y la electricidad han aumentado por una imparable inflación que ya alcanza el 7.16 por ciento, la situación se torna más difícil. Además, hay que tomar en cuenta las desigualdades de trabajo, ya que, para secundarias generales, hay 25 alumnos por cada docente; en las indígenas hay 21 alumnos por cada docente y en las comunitarias hay nueve alumnos por cada profesor. Ojalá y que el nuevo o nueva titular de la SEP tome cartas en el asunto y que el SNTE rectifique su camino de sometimiento ante el Gobierno Federal.