Alberto Calderón P. / Mi primera incursión escrita en la experiencia inicial como lector interesado en la física cuántica me lleva irremediablemente a mencionar un tema tan apasionante como complejo, y tratando de ser lo más objetivo o al menos sincero con lo leído les comparto algo acerca de estas dos mascotas que nos acompañan en nuestro recorrido por la vida.
Para iniciar les diré que los perros son seres que sienten, tienen niveles de inteligencia superiores a lo que muchos de nosotros creemos, uno de ellos es que cuentan con la capacidad de sentir las vibraciones sísmicas antes de que estas sucedan y su oído es muy superior al de los humanos, poseen una mejor visión pero sobre todo su olfato con una capacidad de identificar un olor y seguir su pista a grandes distancias, hablamos de kilómetros. Las capacidades de estos compañeros del hombre no las conozco a fondo pero si puedo mencionar que los especialistas mencionan que por su gran capacidad olfativa son llegados a considerar que “ven” los olores como si fueran imágenes, perciben esas moléculas que son las más complicadas de la química, perciben ese universo paralelo de los aromas, captan el miedo, disgusto, depresión, alegría a partir de las sustancias endógenas que genera nuestro cerebro como las endorfinas, endovalium, dopamina olores que capta y siente el perro. Dicen los científicos cuánticos que los perros con su olfato cuentan con una comunicación química que existe entre los átomos y las moléculas. Son capaces de sentir miles de moléculas de todo tipo de olores y sus sistema vomeronasal las potencializa. Todo esto es muy interesante pero ahí no queda todo, además su sistema quimiosensorial les abre las puertas para percibir el mundo emocional con su olfato. Las moléculas de los olores son viajeros en el tiempo, eso les permitiría una comunicación con el mundo subatómico que los humanos no percibimos, sus sueños son lúcidos y como los humanos acceden a otras realidades a universos paralelos.
En cuanto a una de las teorías más conocidas de la física cuántica es el experimento de Shorödinguer con el gato que se encuentra dentro de una caja, como la explicación es muy amplia para ser reseñada en este momento les invito a buscarla y leerla, así ampliarán con un texto complementario lo que aquí mencionamos. En todo caso si buscan y desarrollan la lectura habrán dado un paso más en su conocimiento pero también cabe la posibilidad de que ya lo conozcan, así contarán con un punto de vista con respecto a lo leído en este artículo, otra opción pudiera ser que no lo lean y no pasaría nada simplemente no conocerían los detalles del experimento, todas esas posibilidades semióticas también formarían parte de la diversidad cuántica que formaría parte de la experiencia de la decisión que cada lector pudiera ejercer al momento de realizar esta lectura. Por lo pronto me despido invitando a cada uno de los que se atrevan a leer sobre la información cuántica lo
sorprendente y apasionante que es, pronosticando que en un futuro su aplicación transformará la vida como la conocemos, el tiempo lo dirá.
Integrante de la Red de Comunicadores Independientes (REVECO).
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