Relata el periodista: «Después de una tensa reunión, en la que se puso sobre la mesa la preocupación de Estados Unidos ante la actitud que el gobierno de AMLO ha adoptado con respecto a la persecución de narcotraficantes que han introducido cantidades importantes de droga a Estados unidos, Harris ofreció entregar a la Marina la información que un equipo de la DEA —al que la titular de esa agencia, Anne Milgram, tiene operando en San Diego, California— había logrado recabar desde hacía tres meses».
La condición que puso el gobierno americano fue que la información se la darían a la Marina, pues al Ejército Mexicano no le tenían confianza. A López Obrador no le quedaba de otra. Si no aceptaba la información se vería como el presidente que es, protector de narcos; si aceptaba la información y Caro Quintero huía, quedaría claro quién filtró la información. Quizá por eso el presidente de México se veía tan incómodo que no se pudo ni sentar bien en la reunión posterior que tuvo con Biden.