Claudia Guerrero Martínez / Después de cuatro años con escasa obra pública, el anterior alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero no trabajaba por la capital de Veracruz, tampoco aplicaba recursos federales y se le hacía fácil caer en varios subejercicios y regresar éstos a la Federación, siendo tipificados como actos de corrupción por ser incompetente, tener desconocimiento del tema, mal asesorado y no trabajar por Xalapa.
Hoy, vemos obras por todos lados en la capital de Veracruz y muchos ciudadanos están felices de que por fin alguien como Ricardo Ahued Bardahuil, quien ya había sido alcalde en un primer periodo, ahora demuestra su experiencia para la administración de los recursos federales en la aplicación de concreto hidráulico en calles y avenidas, así como el arreglo de hundimientos, que por mucho tiempo y con la nula actuación de Hipólito, éste sólo realizaban parcheo, llegaban las primeras lluvias y el trabajo mal hecho se lo llevaba el agua.
Si bien, algunos ciudadanos se han quejado, con justa razón, de que Xalapa está colapsada por tanta obra, lo que se ha omitido son las reglas de operación que impone la Federación, al indicar que los recursos etiquetados se deben aplicar a más tardar a finales de septiembre de este 2022, de lo contrario, se tendrán que regresar.
Esta pequeña condición en las reglas de operación en los recursos federales logra que si tienes desconocimiento sobre el tema, muchos alcaldes caen en el subejercicio y regresan los recursos a la Federación, sin hacer un plan integral para su aplicación y beneficio para los ciudadanos.
Y Ahued Bardahuil sabe las reglas del juego y acepta las críticas, pero también tiene la capacidad de que cada centavo se aplique para mejorar a nuestra capital y se lo agradecemos.
Un tema vergonzoso ha sido el otorgar contratos con el respectivo moche, soborno y gratificación en anteriores administraciones municipales. Hoy se les dice a los empresarios que no habrá el pago de moches del 10, 20 y 30 por ciento, ni inflar facturas, como antes acusaban los propios proveedores en contra de anteriores alcaldes. Ahora, ese porcentaje mejor se descuenta en la factura y descontándolo en el costo de la obra, así como descuentos de insumos y también, descuentos que hacen los proveedores y servicios. Las prácticas de los cobros indebidos se combaten en esta administración municipal.
Y publicamos este comentario en nuestras redes sociales: “Si alguien quiere buscarle tres pies al gato, en Xalapa no va a poder. El alcalde Ricardo Ahued aclaró que el Ayuntamiento de Xalapa no ha aumentado la deuda pública, ni lo hará. Los pasivos que aparecen en los estados financieros corresponden a los contratos de las cerca de 200 obras que se harán en el año, pero conforme avancen los procesos constructivos y se terminen, todos los pasivos se liquidarán. Para ello, se tienen los recursos fondeados, aprobados y presupuestados en el programa anual de obra. Incluso, estos pasivos, que no deuda, irán creciendo conforme se liciten, contraten e inician más obras, pero de ninguna manera es deuda. Así las cosas, quienes veían cosas oscuras y raras en el Ayuntamiento se tendrán que quedar con las ganas. Aquí no pasa nada extraño. O como dice el Alcalde, en Xalapa puro trabajo y transparencia”.
Esto explica que haya obras en toda la capital y muchos habitantes se molestan por el tráfico que se hace, pero son molestias, con beneficios a largo plazo. No debemos conformarnos con alcaldes que sólo cortan listones. Debemos exigir a esta administración cumplir como funcionarios municipales, pero también, ser tolerantes a tanta obra, para que ese recurso público no se regrese a la Federación.
Eso explica la intensa obra pública, pues la administración de Ricardo Ahued va contra de reloj, para que los dineros no se vayan y se queden en Xalapa, una de las ciudades más estancadas, gracias a la administración del incompetente Hipólito Rodríguez y hoy vemos cómo en tan pocos meses, el cambio se ve y se demuestra.
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