Curiosamente, esta grabación no es nueva, ya que fue subida a la red el pasado 2020, pero fue publicada nuevamente en este 2022. Uno podría creer que, tras estar dos años sin ser viral en la red, difícilmente podría estar en la mira de todos, pero no fue así. Y de quien se dice fue el culpable de que esta chica estuviera envuelta en polémica fue su expareja.
Algunos expertos dicen que lo que hizo este joven se llama pornovenganza, y se “se refiere a la utilización de fotografías o videos privados tomados en la intimidad para publicarlos o viralizarlos sin el consentimiento del protagonista”. Este tema está penado por la ley y es castigado hasta con ocho años de prisión.