Anota NYT: «La voluntad de este embajador de cuestionar la legitimidad de las elecciones es el ejemplo más reciente de lo que varios funcionarios estadounidenses consideran un patrón preocupante, en el que el principal diplomático estadounidense en México parece contradecir las políticas de su propio gobierno con el fin de alinearse con el presidente Andrés Manuel López Obrador».
El embajador Ken Salazar se ha mantenido pasivo mientras López Obrador cuestiona la integridad de una organización de combate a la corrupción, sin fines de lucro, financiada por Estados Unidos. También ha guardado silencio sobre la reforma energética a la que se oponía el gobierno de EE. UU. y ha permanecido en silencio mientras López Obrador ataca sin descanso a los periodistas.