En primer lugar, hay que tener muy en claro que el presunto asesino de Yrma Lydya, la cantante de 21 años, es un adulto de 79 años de edad. De acuerdo con el Código Penal Federal «cuando la orden de aprehensión se dicte en contra de una persona mayor de 70 años de edad, el juez podrá ordenar que la prisión preventiva se lleve a cabo en el domicilio del indiciado bajo las medidas de seguridad que procedan de acuerdo con la representación social». Es decir, Jesús Hernández Alcocer puede mover sus influencias para que, en dado caso que se le dicte orden de aprehensión, se le imponga arresto domiciliario. Sin embargo, el periodista Raymundo Riva Palacio explora otra posibilidad.
En su columna “Estrictamente personal” señala que por razones diversas la escena del crimen está completamente contaminada. Además de que el arma que dice la Fiscalía se encontró, no es la homicida: «El que supuestamente hayan encontrado el arma asesina 48 horas después, como informaron las autoridades capitalinas, no repone la cadena de custodia, vital para poder establecer jurídicamente la validez de esa prueba. Se necesitaría llamar a declarar a todos los policías involucrados en la detención del abogado para tener claridad y certidumbre sobre la prueba. De otra manera, lo que tienen terminará en el basurero, pues ni huellas dactilares de él podrían encontrar en el arma».
Jesús Hernández Alcocer se sigue declarando inocente y si la Fiscalía, por colusión o negligencia no arma bien el caso, el asesino podría salir libre.
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