No hay día en México en que no haya noticias de asesinatos a mansalva. Lo que es peor, el cabeza de la 4T no piensa ni quiere cambiar de estrategia de seguridad y es que el objetivo y la meta del presidente, está puesta en el relevo presidencial.
Esta situación deja a la deriva a miles de familias en manos de grupos delincuenciales, a empresarios a expensas de que sigan sufriendo extorsiones o secuestros de sus propios familiares. Ese será el contexto, por los siguientes dos años, en México. Ojalá y que quien llegue a la silla presidencial no siga con esa timorata consigna de darle a los maleantes abrazos y no balazos.
