Los reportes indican que en ese partido hubo una discusión y que por ello José Noriel Portillo acudió a la casa de los contrincantes para asesinarlos y quemarles la vivienda. Después de eso el chueco se puso a buscar a un sujeto de nombre Paul. Se entrevistó con el guía de turistas que también fue asesinado y que antes de ser ultimado entró a un templo jesuita a refugiarse.
El Chueco no respetó el templo y asesinó al guía y a los jesuitas. ¿Cómo podía el Chueco moverse con tanta libertad por esa zona? Esto sólo se explicaría si hubiera colusión con las autoridades de los tres niveles, la municipal, la estatal y la federal. Un generador de tanta violencia debería ser objetivo del gobierno federal, sin embrago, el señor operaba con plena impunidad desde hace varios años.