Sergio González Levet / Si usted sabe diferenciar las palabras en agudas, graves (o llanas), esdrújulas y sobreesdrújulas, y si además conoce y aplica debidamente las reglas de la acentuación, con sus excepciones debidas a los monosílabos, a los acentos diacríticos y a la ruptura de diptongos, entonces está en el 15 por ciento de la población alfabeta del país que tiene esa habilidad.
Sí, de cada cien mexicanos que fueron a la primaria, 85 salieron sin tener idea cierta de la gramática de la lengua y, en lo más evidente, no saben en qué palabras y en qué letras poner el acento escrito (esa rayita escabullidiza que se llama tilde).
Si me permiten, les voy a recordar ese conocimiento que se empieza a enseñar en tercero y cuarto de primaria y que hipotéticamente se consolida en el quinto grado.
Primero debo decir que todas las palabras tienen una sílaba tónica (ST), que es la “que recibe la mayor acentuación en relación con las demás sílabas dentro de una palabra, es decir, es la que se pronuncia con más fuerza.”
Y de acuerdo con el lugar en el que está la ST, las palabras son agudas, en la última sílaba (canción, colibrí); graves, en la penúltima sílaba (mesa, banco, imagen); esdrújulas en la antepenúltima sílaba (típico, clásico), y sobreesdrújulas, en la ante-antepenúltima sílaba (últimamente).
Y ahí les van las famosas reglas de acentuación, que casi nadie conoce (usted, que sí se las sabe, es una mexicana o un mexicano de excepción):
Primera: las palabras agudas que terminan en “n”, “s” o vocal SÍ se acentúan.
Segunda: las palabras graves que terminan en “n”, “s” o vocal NO se acentúan.
Tercera: todas las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas se acentúan.
Estas reglas tienen algunas excepciones:
1. Los monosílabos no se acentúan.
2. Hay un acento (se llama diacrítico) que se pone para diferenciar dos palabras que se escriben igual, pero tienen diferente significado: sí, afirmativo; si, condicional – más, adverbio de cantidad; mas, sinónimo de “pero” – dé, del verbo dar; de, preposición.
3. Se debe poner tilde cuando la sílaba tónica cae en una vocal débil (“i”, “u”) y se rompe el diptongo: caiga, caída; coime, oído; sauce, Saúl.
Y para ese 85 por ciento que no sabe acentuar hay una muy mala noticia: a las mayúsculas sí se les debe poner tilde, de acuerdo con lo que indica la Real Academia de la Lengua (en la época de las máquinas de escribir, los tipos no aceptaban el acento en las mayúsculas y mucha gente tomó como regla esta deficiencia).
Los acentos son uno de los secretos mejor guardados de nuestra educación básica, que se esconden en el arcano de la gramática de la lengua, un libro también desconocido para los mexicanos que presuntamente aprendieron a leer y escribir.
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