La Metamorfosis

Gregor Samsa en La Metamorfosis FOTO: WEB
- en Opinión

Virginia Durán Campollo /

“La prensa debe servir a los gobernados no a los gobernantes”

Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto, inicia la inolvidable novela de Franz Kafka “La Metamorfosis”. Imagino a Andrés Manuel López Obrador de líder respetable a cómico despreciable. Del luchador contra la corrupción salpicado de la misma por su hijo, funcionarios, empresarios afines. El del incendiario discurso político a favor de la nación, adoctrinándola en su programa de ocurrencias. Saturación de engaños que una mente sana no podría creer. La paloma convertida en gavilán. Del lenguaje conciliatorio de unidad de sus discursos de campaña, a la crítica agria, despiadada, agresiva en contra de los diferentes sectores productivos del país. Quien se pensaba sería un gran estadista, convertido en un autócrata de ideas y costumbres arcaicas. Envejecido prematuramente. De su primero los pobres, al saqueo que hace aumenten cada día. Opacidad con que maneja el erario. El otrora grande empequeñecido.

*** En Ucrania un cómico llegó a ser presidente. En México un presidente se convirtió en payaso. Circo de cuarta. Chistes de los que solo ríen los indignos serviles, que lo alaban por intereses propios. “Un astuto puede errar, pero un tramposo nunca falla”. Por eso mantiene el inexplicable soporte del fanatismo. Ilusos por unas migajas llamadas apoyos sociales. La mentira de que si no se queda su híbrido MORENA, se les quitarán cuando han existido siempre. El comandante en jefe de las fuerzas del orden, convertido en el mayor protector de la delincuencia organizada. El luchador de los Derechos Humanos que no vela por la ciudanía sino protege a los infractores. Sumariamos más de lo que lo ha transformado en una alimaña. Es visible, auténtico.

*** “La Metamorfosis” es “una fábula oscura sobre el destino del hombre moderno: desplomarse hasta quedar despojado de su humanidad y recibir al final el desprecio y la indiferencia de aquellos a quienes sirvió”. *** Y para las agruras del mole… a ver que se toman.

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