Después de eso empezaron las balaceras y el incendio de autos. En las redes sociales ya circulan fotografías y videos de estos bloqueos, lo mismo que de los comandos que circulan libremente por la ciudad en camionetas blancas.
A pesar de que Matamoros está asediada, se advierte la ausencia del Ejército, la Guardia Nacional; ni siquiera la policía estatal ha asomado las narices. Este es el reflejo de un México que tiene como política de seguridad tratar a los delincuentes como seres humanos, de la política del presidente López Obrador de “abrazos, no balazos”.