El presidente hizo un recuento de los sucesos violentos, los cuáles sólo lamentó que ocurrieran: «En el caso de San Cristóbal son dos grupos que se están disputando el control de un mercado, así están las cosas y ya se está actuando, desgraciadamente una persona perdió la vida, es lamentable que existan estos grupos de choque muy cercanos a la delincuencia organizada».
Lo peor del caso es que a pesar de que los hechos violentos se repiten, el presidente López Obrador dice que no cambiará su política de “abrazos no balazos”, sin importarle que esta polémica medida sea tan criticada, pues él no piensa combatir la violencia con violencia: «Es lo mismo que piensa el gobernador de Texas, Gregory Wayne Abbott y el dueño del periódico Reforma, Alejandro Junco de la Vega, y no solo ellos, mucha gente que opina que se puede enfrentar el mal con el mal, que se puede aplicar la ley del talión, el diente por diente, y el ojo por ojo».