*Putin utilizaría a Cuba y Venezuela como “base militar”
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / EL MARTES 14 de este mes, el Papa Francisco aseguró que, en su opinión, “se ha declarado la Tercera Guerra Mundial”. Pero quizás más sorprendente que eso, es que el Sumo Pontífice consideró que la invasión rusa a Ucrania “quizá, de alguna manera, fue provocada o no impedida”, según la transcripción de la conversación que mantuvo con directores de las revistas culturales europeas de la Compañía de Jesús. “Hace unos años se me ocurrió decir que estábamos viviendo una Tercera Guerra Mundial en pedazos. Ahora, para mí, se ha declarado la Tercera Guerra mundial. Y este es un aspecto que nos debe hacer reflexionar. ¿Qué le está pasando a la humanidad que ha tenido tres guerras mundiales en un siglo?”, dijo Francisco, sin imaginar que horas después de sus declaraciones, el dictador centroamericano nicaragüense Daniel Ortega Saavedra, un exguerrillero y líder del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), ordenó a la Asamblea Nacional de su País, controlada por los sandinistas, que autorizaran “por la vía de urgencia” el ingreso de tropas, naves y aeronaves de las Fuerzas Armadas de Rusia “con el propósito de participar en operaciones contra el delito en el mar Caribe y en el océano Pacífico nicaragüense”. De esa manera, el ingreso de tropas rusas, que mantienen una guerra contra Ucrania, fue autorizado con el voto de 78 legisladores sandinistas y sus aliados, de los 91 diputados que integran el Parlamento. Se trataría de la primera presencia militar rusa de importancia en el continente americano tras la crisis de los misiles soviéticos en Cuba en 1962, cuando EU y la entonces URSS estuvieron a punto de entrar en una primera guerra nuclear (y tercera mundial), y si bien el año pasado hubo una presencia simbólica de soldados rusos en Venezuela, solo fueron enviados para ayudar en la logística del reparto de la vacuna Sputnik-V contra la Covid-19, aunque no se descarta que el otro dictador Nicolás Maduro Moros haga lo propio, y tanto Nicaragua como Venezuela se conviertan en bases militares de Rusia en América, lo que, en efecto, como lo dice el Papa Francisco, podría desatar la tercera guerra mundial.
EL SUMO Pontífice, al responder sobre la agresión de Rusia a Ucrania y cómo se puede contribuir a la paz, afirmó que “hay que alejarse del patrón normal de que Caperucita Roja era buena y el lobo era malo. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados”, y citó la opinión de un Jefe de Estado que conoció antes del comienzo de la guerra y que le expresó su preocupación “por cómo se estaba moviendo la OTAN. Le pregunté por qué y me respondió: ‘Están ladrando a las puertas de Rusia. Y no entienden que los rusos son imperiales y no permiten que ninguna potencia extranjera se les acerque’ y concluyó diciendo que ‘la situación podría conducir a la guerra. Ese jefe de Estado supo leer las señales de lo que estaba pasando”, relató el jefe de la Iglesia Católica, para quien existe el peligro de centrarse sólo en “la brutalidad y ferocidad con que se libra esta guerra por parte de las tropas, generalmente mercenarias, utilizadas por los rusos, que prefieren enviar chechenos, sirios y mercenarios” y que “es algo monstruoso”, y agregó; “no ver también todo el drama que se desarrolla detrás de esta guerra, que quizás de alguna manera fue provocada o no impedida. Y registro un interés en probar y vender armas. Es muy triste, pero básicamente esto es lo que está en juego”.
APENAS LA semana pasada, cuando Ortega anunció que iba a solicitar la entrada de fuerzas rusas en su País, la noticia fue acogida con satisfacción por la prensa oficialista rusa, deseosa de demostrar a la opinión pública que su Nación no está sola en el mundo –tras la invasión injustificada de Ucrania- y que tiene aliados. Pero “la guinda más desagradable del pastel democrático para Estados Unidos fue el sensacional anuncio de Daniel Ortega al permitir la entrada de tropas, barcos y aviones rusos en Nicaragua. Por supuesto, “sólo con fines humanitarios, las tropas rusas pueden entrar en Nicaragua en la segunda parte de 2022”, dijo la presentadora de la televisión estatal Olga Skabeeva que añadió: “si los sistemas de misiles estadounidenses casi pueden llegar a Moscú desde el territorio ucraniano, es hora de que Rusia despliegue algo poderoso más cerca de las ciudades estadounidenses”.
DANIEL ORTEGA, uno de los aliados más incondicionales de Putin en el mundo -Nicaragua es de los pocos países que han reconocido la independencia de las autoproclamadas Repúblicas prorrusas de Abjasia y Osetia del Sur-, abre de esa manera un nuevo frente de fricción entre Washington y Moscú, del que saldrá, seguramente, perjudicada, una vez más, la población, si EU cumple su advertencia de sacar a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica (TLCAN).
EL ASUNTO no es menor, pues además de las tropas (sin especificar cuantas) destinadas al combate al crimen, que serán desplegadas del 1 de julio al 31 de diciembre de este año, la autorización también contempla el ingreso, de forma rotativa, de 80 militares rusos para participar con el cuerpo élite del Ejército nicaragüense “en intercambio de experiencias y ejercicio de adiestramiento en operaciones de ayuda humanitaria”. Asimismo, el ingreso a otros 50 militares rusos, de forma rotativa, para participar con miembros de la Fuerza Naval, Fuerza Aérea y Cuerpo de Transmisiones “en intercambio de experiencias y de comunicación operacional con naves y aeronaves del Ejército de Nicaragua en labores de enfrentamiento y lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado trasnacional”.
EN UN intento de rebajar la tensión con países vecinos, la ley da luz verde también al ingreso de militares de Cuba, México y países centroamericanos, así como de Estados Unidos, Nación con el que Managua tiene las relaciones congeladas tras la ola represora del régimen sandinista contra los activistas prodemocracia, con casi trescientos muertos y 182 presos políticos a raíz de las protestas contra la dictadura que estallaron en 2018. Apenas el pasado 31 de Marzo, Kerri Hannan, funcionaria del Departamento de Estado de EU, advirtió que Rusia amenaza con exportar a América Latina el conflicto en Ucrania, a través de la cooperación militar con Venezuela, Nicaragua y Cuba. “El compromiso con la democracia del Hemisferio nunca ha parecido tan urgente, mientras Rusia pisotea la democracia de Ucrania y amenaza con exportar la crisis ucraniana a las Américas, ampliando su cooperación militar con Cuba, Nicaragua y Venezuela”, indicó Hannan en una audiencia del Comité de Asuntos Exteriores del Senado.
EN FIN, todo parece indicar que el Papa Francisco podría tener razón, y que sobre el mundo pende de alfileres la amenaza de una Tercera Guerra Mundial, sobre todo ahora que Rusia amenaza exportar tropas a Nicaragua, Venezuela y acaso Cuba, y en una de esas a México, con eso de la tendencia comunistoide del Presidente Andrés Manuel López Obrador y la dictadura soterrada que pretende instaurar imponiendo como sucesora a Claudia Sheinbaum Pardo, una mujer que hace lo que le ordena su Salvador. Asi las cosas. OPINA [email protected]
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