El informe es demoledor y coincide con el de la consultora noruega DNV, al señalar de inicio que hubo problemas en el diseño de la obra y la construcción, deficiencias en el manual de mantenimiento y lo que es peor, no existe constancia de revisiones de la línea, que debían realizarse de manera periódica. La investigación oficial expone también que los errores que llevaron al derrumbe «podían ser detectados con un manual de inspección y mantenimiento adecuado», se lee en uno de los documentos.
De modo que no hay vuelta de hoja ni pretexto alguno por parte de Claudia Sheinbaum, ya que, aunque los estudios se realizaron de manera paralela, mantienen puntos en común, como la falta de inspección de la estructura. Esta conclusión de la Fiscalía de la Ciudad de México es un duro golpe para las pretensiones presidenciales de la consentida de ya saben quién.