No sabemos si lo recuerde, pero las mañaneras del presidente López Obrador iniciaron con los reportes del combate al huachicol, es decir la extracción ilegal de combustible y sus puntos de venta. A los pocos meses el gobierno aseguraba que se había abatido hasta en un 50 por ciento el robo al combustible y que se habían cerrado varios puntos de venta. Día con día, semana con semana el presidente mostraba cifras alegres sobre la batalla que iban ganando. Pero de repente, un día, dejaron de hacer esos reportes.
La batalla se estaba perdiendo porque desde la misma paraestatal se estaba operando la distribución ilegal de la gasolina. Este viernes el periódico Reforma reporta que en las carreteras del centro del país encontró 64 puntos de venta de gasolina ilegal contra 15 gasolinerías legales. Es decir, de cuatro puntos de venta, tres son de huachicol, uno de gasolina legal.
Reporta Reforma: «Los vendedores ofrecen el producto robado en bidones con capacidad de 25 litros. El litro es vendido por huachicoleros en 13 pesos, mientras que en una gasolinera se paga en 23 pesos. Pero lo mínimo que venden los huachicoleros es 25 litros. Huachicoleros ofrecen un bidón de 25 litros de diésel entre 340 y hasta 400 pesos. Esa cantidad de litros en una gasolinera costaría en promedio 575 pesos».
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