No se puede uno imaginar qué traumas cargaba Salvador Ramos de 18 años que lo llevaron a cometer uno de los crímenes más atroces que haya vivido la Unión Americana; una masacre que supera incluso la de Columbine en 1999. Aunque por muy grandes que fueran sus traumas no se puede entender cómo un ser humano fue capaz de asesinar a mansalva a 19 niños, todos ellos de 10 años o menos. En algunos medios se han publicado los rostros de estos pequeños; los mismos padres han publicado en redes sociales las fotografías de estos niños que fueron masacrados por Salvador Ramos, un estadounidense que portaba un arma y un rifle de asalto.
Dos maestras también fueron asesinadas. Para muchos no está bien que se publique el rostro de las víctimas por ser estos menores de edad, pero para otros es necesario que la sociedad americana se dé cuenta que su política de permitir la compra indiscriminada de armas produce muerte, la muerte de 19 niños y dos maestras.
Salvador Ramos tenía 18 años y ya poseía varias armas, pudo comprar cartuchos porque la Constitución de los Estados Unidos se lo permite. ¿Cuántas muertes más se requieren para que el gobierno americano restrinja la adquisición de armas a sus ciudadanos? ¿Cuántos rostros de niños asesinados se habrán de publicar en el futuro, todo para que esa nación entienda?
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