*Criminalizar o engañar la estrategia oficial ante “pifias”
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / UNA JOVEN mujer fue acribillada a balazos en un bar de Espinal ubicado en la zona centro de ese municipio. El agresor fue un sujeto de esos que se sienten dueños de vidas y haciendas, y que acaso inducido por los discursos de odio que se difunden, principalmente, desde Palacio Nacional y en los palacios Estatales Gobernados por MoReNa, no pudo consentir que la trabajadora se negara a bailar con él. Por ello, presa del machismo, fue a su vehículo por un arma de fuego y le disparo a la mujer que deja en la orfandad a dos menores, y así como llegó se fue, dejando tras de sí una familia despedazada, niños huérfanos y un negocio cerrado, no por mucho tiempo. La dama se llamaba Valeria Valentina A., de 26 años, originaria de Papantla, y su labor no era bailar sino solo servir las bebidas a los clientes, mientras que el sujeto es un ente vil que merecería morir en igualdad de condiciones, aunque por instrucciones presidenciales hay que cuidar que eso no suceda porque tambien los descarnados asesinos como este, son seres humanos. En Acayucan otra mujer es asesinada a puñaladas cuando caminaba sobre la calle Javier Mina, entre Miguel Hidalgo y Vicente Guerrero, en pleno centro de esa población. El hecho causó indignación entre habitantes que exigieron el esclarecimiento del brutal homicidio, recurriendo a cámaras de negocios y testigos. Por ello, 48 horas después fue detenido –en el mismo lugar creyendo que nada le harían-, Nicolás H.L. elemento activo de la Secretaría de Marina Armada de México y ex pareja sentimental de la víctima como responsable de haber cometido el abominable asesinato de Eva N, ya que, por fortuna, hubo testigos de la agresión que decidieron denunciar al agresor. Nicolás N. asesinó a su pareja sentimental –con quien tenía cuatro de los nueve hijos de la mujer– en un ataque de celos por supuestas cuestiones de infidelidad, aun cuando ya estaban separados. El hecho de violencia ocurrió en el corazón de Acayucan, donde la mujer falleció de al menos cuatro puñaladas que le propinó el Federal a la fémina de oficio comerciante, a quien conoció hace años cuando fungía en labores de Policía Naval en esa ciudad. Nicolás se supone que fue educado en derechos humanos, respeto a la sociedad y, sobre todo, en control personal de sus emociones, y con todo y ello consumó el asesinato ya que forma parte de una sociedad polarizada que exige a Estados Unidos participación de todas las naciones en la Cumbre de las Américas, que haya diálogo y entendimiento, mientras en México polariza a la sociedad.
AMBOS CASOS corresponden a solo dos de los 17 feminicidios que se han cometido en lo que va del mes en el Estado, y que las autoridades rechazan porque, tal vez las mujeres muertas no forman parte de sus familiares, esto sin contar las muertes de féminas por otras circunstancias, o las desapariciones que en lo que va del mes rebasan las 30 solo de mujeres, y entre las más notables se encuentra el caso de la joven mamá Viridiana Moreno Vásquez, reportada como desaparecida desde el pasado 18 de este mes en Cardel, municipio de La Antigua, cuando acudió a una cita de trabajo, y de quien el Gobernador García Jiménez aclaró que no estaba desaparecida, que la tenían resguardada, aunque después su propio equipo aclaró que si estaba desaparecida y, ante la estulticia, tanto colaboradores como el mandatario echaron la culpa a los medios de comunicación por haber descontextualizado sus declaraciones, cuando las grabaciones dicen lo contrario, lo que ha motivado a que la familia exija a las autoridades la aparición con vida de la mujer, y en razón a lo anterior realizan manifestaciones y hasta han tomado carreteras. En Cosoleacaque hay otro hecho que consterna a la población. Y es que una pareja fue reportada como desaparecida luego de una presunta detención a manos de supuestos elementos de la Policía Estatal. Se trata de la ama de casa, Jazmín Chang Reyes y del joven Williams Rivas de 42 y 26 años, personas que la mañana del domingo salieron de su vivienda conocida en la colonia Patria Libre a bordo de una motocicleta. Testigos aseguran que fueron detenidas a la altura de la gasolinera de la colonia Veracruz y subidos a una patrulla desconociéndose el motivo del arresto, hechos ocurridos sobre la autopista Cosoleacaque-Nuevo-Teapa. Desde ese momento amigos y familiares comenzaron con la búsqueda y localización tanto en la misma base de la Policía Estatal en la zona del C-4 y en diferentes instancias de Minatitlán, Cosoleacaque y Coatzacoalcos. Aunque en un principio se dijo que la pareja permanecía arrestada en C-4, la tarde del lunes la versión fue desestimada por autoridades lo que invade de angustia a los allegados de Jazmín.
OTROS CASOS recientes que consternaron a la sociedad fue el doble homicidio de las periodistas Yesenia Mollinedo Falconi, directora del portal El Veraz, y Sheila Johana García Olivera, camarógrafa de ese medio digital y reportera, cuando se encontraban en un auto en el estacionamiento de una tienda de conveniencia de Cosoleacaque. A las féminas desde un principio buscaron criminalizarlas ligándolas con la delincuencia organizada, pues desde los sótanos oficiales se difundió la versión de que llevaban droga y una de ellas había amenazado a otra persona vía telefónica, lo que la familia y medios de la zona se han encargado de desmentir. Por el caso fue detenido un joven repartidor y estudiante de Xalapa, pero la presión social obligó a las autoridades a liberarlo reconociendo que no era a quien buscaban, y en ese caso, como en otros, el Gobernador se encargó de difundir fotos y criminalizar al muchacho al que después recibió en Palacio junto con sus padres.
PERO EL caso llama la atención por otro hecho: Antonio de Jesús Hernández Martínez, alias “El Mara” o “El Perrón”, identificado como el autor material del crimen de las comunicadoras, habría sido detenido un mes antes en Cosoleacaque, pero sospechosamente fue liberado por el juez de Control, Tirso Hernández Ayala del distrito Judicial de Acayucan. De acuerdo con información que se tiene, El Mara o El Perrón fue intervenido por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública junto con otros integrantes de su banda, en poder de 44 bolsas de metanfetaminas y dos cartulinas con amenazas a “chapulines” firmadas por “La China”, una presunta jefa de la delincuencia que opera en la zona. Y a pesar de sus antecedentes y no obstante que ese sujeto presuntamente ya estaba ubicado por las Mesas de Coordinación por la Paz como objetivo del gobierno del Estado por ser generador de violencia, el juez Hernández Ayala lo sacó a las calles a donde regresó a delinquir, o acaso a cometer el homicidio de las periodistas por instrucciones de alguien muy poderoso, porque el delito cometido era de orden Federal y, por tanto, debió ser castigado con una sentencia larga. Hoy El Mara está, nuevamente, prófugo de la justicia o acaso muerto, luego de que en días pasados la Fiscalía General del Estado cometió la pifia de detener a un estudiante homónimo del Instituto Tecnológico de Xalapa (ITSX), cuando sabían de antemano que no correspondía a las fotos que tiene la autoridad del verdadero asesino. Y podríamos pasarnos horas llenando cuartillas en torno a 17 feminicidios y asesinatos contra mujeres, o enumerando las desaparecidas que ya suman más de 30, pero bastan los anteriores para ilustrar lo que está pasando en el Estado. Asi las cosas. OPINA [email protected]
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