Arturo Reyes Isidoro / Es una responsabilidad profesional del columnista, así lo piensa, comentar también que el Gobierno del Estado tiene aciertos, cómo no, pocos, eso creo, pero significativos, de los que dejan huella.
En este espacio me he referido ya al Instituto Veracruzano de la Cultura, a cargo de Silvia Alejandre Prado (a quien no conozco en persona). Su legado no es material sino espiritual, que asimila el ser humano a través de su capacidad receptiva e influye en su vida completa, para siempre.
También me he referido al extraordinario trabajo que realiza la dirección del Instituto de Pensiones del Estado (IPE), que encabeza la socióloga Daniela Griego Ceballos, que ha saneado y fortalecido sus finanzas, pero que también está rescatando su patrimonio material.
El sábado pasado desde temprana hora pude testimoniar el éxito de su último logro, la rehabilitación total de la Estancia Garnica, un espacio hasta de lujo en Xalapa, si se quiere, para los pensionados y los adultos mayores (162 mil entre retirados y activos), trabajadores del Gobierno del Estado, de los ayuntamientos y de otros entes incorporados como la Universidad Veracruzana, la Legislatura y el Tribunal Superior de Justicia, que cotizan a ese organismo de seguridad social. Con un agregado que merece mencionarse: el beneficio se extiende a la población abierta mayor si un derechohabiente lo inscribe como su invitado.
En meses pasados, por un trámite en el IPE supe casualmente tanto por parte de Daniela como de Octavio Hernández Lara, directora general ella, subdirector de Prestaciones Institucionales él, que ya iba para un año que se hacía una rehabilitación integral del inmueble, en la que se invertían 6.5 millones de pesos, conservando la arquitectura original y rehabilitando y mejorando el entorno ecológico de sus 7.5 hectáreas. Finalmente, el miércoles de la semana pasada reabrió sus puertas con la presencia del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Un buen desayuno, un buen recorrido
El sábado llegué antes de que abrieran porque me habían dicho que había un restaurante en el que se podía desayunar. La espera de unos minutos valió la pena. El lugar resultó ser una franquicia o una sucursal del restaurante Los Cafetos del Hotel Xalapa (ahora Gran Hotel Xalapa), con la diferencia de ser un espacio nuevo, muy limpio, casi abierto de cara a un área jardinada, con suficiente luz y ventilación y además con el descuento presentando la credencial del IPE. El servicio, bueno, y en comparación con lo que se paga en otros restaurantes de la ciudad, con el descuento, barato.
De ahí se me invitó a un recorrido y conocí un lugar que no había en Xalapa y que creo que no hay otro en su tipo en el estado, agradable, cómodo, bien integrado con el medio ambiente, con un amplio estacionamiento, con salones adaptados especialmente para 14 diferentes tipos de talleres, con un gimnasio bien equipado, con salas de juego, una de lectura con una biblioteca con un buen acervo, dos para ver televisión, una de cine (pronto habrá hasta palomitas), con un salón de enfermería (hay un médico de tiempo completo) y protección civil, todas, sin excepción, con baños integrados uno para mujeres otro para hombres, amplios.
Las salas de televisión y de cine tienen sillones amplios, muy amplios, cómodos, como para recostarse (nada más les faltó que estuvieran adaptados para dar masajes), pero eso no es todo: tienen habitaciones, dobles y sencillas (pocas por ahora, cinco), como en un hotel de cinco estrellas, para descansar ahí todo el día, desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde (el sábado ya cuatro estaban reservadas; se pueden rentar por día o por mes), además de que se construyen canchas para jugar tenis y basquetbol.
Conforme fue avanzando la mañana el restaurante se fue llenando y animando por decenas de adultos mayores; y el llenado de solicitudes, en el área administrativa, para quedar registrados como socios con derecho a hacer uso de las instalaciones, se multiplicó, además porque ahí se me informó que se podía inscribir a un acompañante adulto mayor, el derechohabiente pagando una cuota anual de ¡50 pesos!, el invitado o invitada, ¡100! (mi amiga Hilda Mercado Torres, quien había ido interesada en conocer el lugar, no dudó ni un segundo en registrarse luego de que había visto todo.)
Y la atención personal, de todos ahí, es de primera, especializado en el trato a adultos mayores, con mucha experiencia, que lo hacen sentir a uno como en su casa, o mejor, que dan ganas de permanecer todo el día, disfrutando de las instalaciones, participando en las diferentes actividades programadas, además con el gran ambiente de todos los asistentes que hacen olvidar el paso de los años y que lo trasladan a uno al ambiente de los años juveniles, en fin, todo un acierto del gobierno de Cuitláhuac que dejará como legado a toda la derechohabiencia del IPE, a los trabajadores a los que puntualmente se les descuentan sus cuotas.
López Obrador pone como ejemplo al IPE
El 12 de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador puso como ejemplo el sistema pensionario del IPE de Veracruz, mientras que en otros estados, dijo, es un gran problema.
En su conferencia mañanera de ese día celebró que se hayan saneado las finanzas del IPE y deseó que se pueda seguir el ejemplo en otras entidades. “Siempre he sostenido que el ejemplo se da desde arriba”.
El mérito, de Daniela Griego y su equipo
Es indudable que el gran mérito le corresponda a la directora del instituto, Daniela Griego Ceballos, socióloga oriunda de Minatitlán, exdiputada local, dedicada muchos años al activismo social, poco mediática pero que no necesita decir mucho porque su trabajo habla por ella.
En tres años ha logrado lo que no se creía posible a corto plazo: revertir la insuficiencia financiera con la que recibió la institución, disminuirla y tener hoy un déficit controlado. El 23 de febrero pasado comenté que hasta enero del año pasado había recuperado 620 millones de pesos de diversos deudores y que ya no hay rezago en el pago a los nuevos jubilados. La reserva técnica está robusta y se ha recuperado la confianza de los pensionados y derechohabientes.
Obras como la Estancia Garnica evidencian lo positivo del gobierno de Morena, ni cómo negarlo. Son el mejor testimonio de cómo, qué y cuánto se puede lograr cuando se hace una buena administración de los recursos públicos, y cuando se tienen funcionarios responsables, con misticismo de servicio público. Ojalá y hubiera más Daniela Griego en el gobierno de Cuitláhuac.
Por lo pronto, y a falta de tiempo porque aunque adulto mayor continúo activo, me alisto ya para entrar al taller de baile latino, al que me da tiempo llegar saliendo de mi trabajo en la UV.
Ahora todos quieren una alberca
En mi visita escuché a quienes habían ido a inscribirse preguntar si había alberca. El personal administrativo comentó que era una petición general (muchos adultos mayores la necesitan para sus terapias, como mi esposa Eugenia) y que desde el día de la inauguración había mucha demanda en que se construya.
No dudo que la habrá y hasta con techo y agua tibia para las épocas de invierno. Terreno hay de sobra. Recursos financieros también. Capacidad, decisión y voluntad de servir de los directivos del IPE igual. Con su apoyo, Cuitláhuac completará la tarea.
El único pero
Ya no corresponde al IPE la solución, pero ahora urge que el ayuntamiento de Xalapa o el Centro SCT Veracruz amplíen el área de acotamiento que sirve de entrada y salida porque el intenso flujo en la avenida Lázaro Cárdenas, donde se ubica la Estancia, hace difícil y peligroso incorporarse a la circulación, y se necesita tener mucha visibilidad para entrar sin riesgo a la carretera, además de que los adultos mayores ya no tienen la misma capacidad visual ni los reflejos de su juventud.
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