Por otro lado, el gobernador del estado, con tal de quedar bien con el presidente López Obrador, se apresuró y dio por sentado que el estudiante detenido efectivamente era uno de los asesinos de las periodistas acribilladas en Cosoleacaque. Es más, hasta se atrevió a felicitar el trabajo de la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase) y de Verónica Hernández Giadáns.
Cabe mencionar la solidaridad de los compañeros de trabajo del estudiante mancillado y acusado falsamente. La presión de los familiares y de medios de comunicación críticos, finamente doblaron a una fiscalía que se había equivocado rotundamente. El caso tuvo impacto no sólo en el estado, sino también a nivel nacional y, además, varios medios extranjeros, incluido El País de España, dieron a conocer la pifia de las autoridades veracruzanas. A ver si con esto también reconocen que la recomendada de Éric Cisneros no tiene nada que hacer en la Fiscalía de Veracruz.