La necesidad de dinero de un gobierno se advierte en el aumento de impuestos o en sus programas de revisión de automóviles con un costo oneroso para el ciudadano. Este tipo de ocurrencias de la Secretaría de Economía, revisar el estado mecánico de los autos con antigüedad de más de cuatro años se parece a los impuestos virreinales que los súbditos tenían que pagar por el número de ventanas que tuviera su casa. Es mucho el dinero que el gobierno necesita para sacar adelante esas obras emblemáticas que el presidente López Obrador se propuso, sobre todo cuando el costo de estos proyectos se ha duplicado por la mala administración de sus constructores.
En redes sociales ya se estaba lanzando el grito al cielo por esta verificación impuesta, por lo que el gobierno de López Obrador tuvo que recular. Sin embargo, el presidente no perdió la oportunidad de pegarle a sus adversarios, como si la ocurrencia de la verificación hubiera salido de ellos y no de su gobierno: «Nunca hay que estar pensando en afectar la economía popular, la diferencia entre nosotros y los neoliberales o neoporfiristas, es que ellos piensan que el gobierno quita y nosotros pensamos que el gobierno da porque hay gobiernos que quitan y hay gobiernos que dan. Somos distintos y no vamos a llevar a cabo estas acciones y, al contrario, todo lo que beneficie a la gente se va a hacer».
Al final tuvo que excusarse y dar un jalón de orejas a sus funcionarios: «Hay decisiones que toman las secretarías y no se consultan, pero ahora estamos determinando que todo lo que afecte a la economía popular, se consulte porque antes era un desorden en el gobierno y no había coordinación». Así de torcida la incongruencia del presidente.
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