El Acuario de Veracruz, botín de Cuitláhuac

Acuario de Veracruz FOTO: WEB
- en Opinión

Edgar Hernández * Al descrédito de ser considerado, según la encuesta de abril, como el peor gobernador de la república –el de menos aceptación por la ciudadanía de los 32 mandatarios del país-, Cuitláhuac García suma un repudio más por la irresponsable clausura del Acuario de Veracruz. 

Y todo por apropiarse de las ganancias que genera ese santuario animal que a lo largo de 30 años se ha erigido como la primera reserva acuática en cautiverio a nivel Latinoamérica y estar colocado entre los 10 más importantes del mundo. 

Aconsejado por otro pillo de su misma calaña, el tramposo Sergio Rodríguez Cortés, titular del Medio Ambiente, quien ha sido denunciado por corrupto y abusivo al permitir moches por la operación de tiraderos a cielo abierto y pretender cerrar centros comerciales –como el Wallmart de Veracruz- por no someterse a sus chantajes. 

Bueno, pues aconsejado por este malandro captado en una cama contando fajos de billetes de alta denominación, así como ser videograbado en antros de mala muerte totalmente ebrio. 

Insisto pues, aconsejado por este tramposo, quien producto de sus rapacerías dio lugar a que le metieran un balazo en la cara a su segundo de a bordo, el famoso “Gallo” Bolo, en días pasados se procedió a la clausura del Acuario de Veracruz. 

Para ello, necesitaban un pretexto mismo que encontró al revivir presuntas irregularidades en una fiesta sucedida en el inmueble en ¡2019!, es decir, pasaron más de tres años antes de descubrir tan tremenda falta. 

A ello, sumaron tráfico de animales, atentados al bienestar animal y que la documentación de los administradores del Acuario de Veracruz, símbolo de nuestra tierra, no estaba en regla. 

No importó que el hecho del 2019 no sería más que un festejo interno en reconocimiento a los empleados más viejos del acuario; que eso de que luces y sonido afectaban a los animales no era más que un argumento sin sustento al demostrarse que el evento sucedió en un sitio alejado de las peceras que por cierto tienen un grosor acrílico de 28 centímetros y están a prueba de ruidos y vibraciones. 

Sin embargo, de ahí se agarró el gobierno para argumentar que se rentaban las áreas de exhibición para fiestas privadas las cuales nunca pudieron documentar. 

Ello, al igual que las presuntas ganancias exorbitantes que obtienen los administradores al comprobarse que el lugar se mantiene gracias a la participación de voluntarios, así como de quienes hacen sus servicios sociales y de grupos ecologistas en procura de la preservación animal. 

No hay prueba de venta de especies; la renovación y certificación de la Asociación de Zoológicos y Acuarios –AZA- está vigente y a nivel internacional se han reconocido los programas de preservación de tortugas marinas y el monitoreo de la marea roja. 

Entonces, ¿Por qué tanto afán de Cuitláhuac? 

¡Pues por el billullo! ¿Qué más? 

Para ello utilizaron a esquiroles de la ciencia ya que el gobernador necesitaba la certificación de las “irregularidades” y el “sospechosismo” que cubriera el cierre del acuario. 

Acudieron, por tanto, a la bióloga Magali Cruz, catedrática de ITBOCA, que fue la encargada en días pasados de inspeccionar el acuario encontrando un prontuario de “irregularidades y corruptelas”. 

Así, una vez emitido su dictamen se procedió a la clausura. 

Se escondía bajo la alfombra que la bióloga Magali Cruz se encuentra “incapacitada” por ITBOCA desde hace meses para ejercer su labor. 

Asimismo, nunca se consideró que la funcionaria, Directora del Medio Ambiente en el ayuntamiento de Alvarado, fue destituida por “abuso de autoridad” y que siempre estuvo bajo sospecha de corrupción desde 2020 al autorizar obras impedidas por Semarnat. 

Tampoco se evaluó que fue destituida de la PMA en 2021 por razones desconocidas y recontratada en el 2022 gracias a los buenos oficios de su “compadre”, el titular del Medio Ambiente, Sergio Rodríguez Cortés. 

¿Ese es el bien común que argumenta el gobernador al justificar la clausura del acuario? 

Habría que orientar al atarantado gobernante que el Acuario no es del gobierno, tampoco la obligatoriedad en la rendición de cuentas, así como el cuidado del santuario animal que corresponden a un patronato, a Semarnat y a organismos internacionales. 

Habría asimismo que recordar el pasado del propio titular dl medio ambiente. 

Cuestión de regresar a la memoria aquel 14 diciembre de 2015, cuando el portal SDP Noticias exhibió fotografías del funcionario recostado en una cama contando fajos de billetes de mil pesos; que el 18 de enero de 2017 fue pescado en total estado de ebriedad en un antro entonando “¡¡¡El rey!!!” ante una decena de amigas, amigos gritando: “¡Tres ex gobernadores están en mis manos. Soy un verdadero cabrón!”. 

Hoy, tras el éxito de la clausura del Acuario de Veracruz. nadie se atreve a recordar que Rodríguez Cortés fue denunciado ante la Fiscalía (Carpeta UIPJ-1/DXI/7º/2923/23016) por el delito de robo de una camioneta Dodge tipo Charger RT, según hechos denunciados por un profesionista jalapeño que confió en la compraventa. 

Tampoco alguien se atreverá a recordar las veces que vendió a su partido al gobierno local en turno, el PRD, hasta desmoronarlo y que igual que se arrodilló ante Fidel Herrera, lo hizo ante Javier Duarte, Miguel Angel Yunes y ahora, Cuitláhuac García. 

Esa es la fama de quien fuera alcalde de Ciudad Mendoza, artífice la clausura del Acuario, quien no necesita tanto para posicionarse, nada más invertir en deslealtades y a ganar-ganar. 

Todo un mercenario. 

Tiempo al tiempo. 

*Premio Nacional de Periodismo 

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