Y es que varios especialistas en educación se han preguntado por qué el presidente no le ha prestado atención al tema de la educación en México. ¿Por qué la educación no se ha alzado en estos tres años como uno de los asuntos clave del mandato de López Obrador? ¿Por qué no se menciona con insistencia en las mañaneras, como sí se hace con la corrupción o la pobreza o la seguridad o los medios de comunicación?
Lo cierto es que el nuevo modelo educativo que quiere impulsar la SEP, donde pretende convertir en fases los grados escolares, deja mucho que desear. Las decisiones de restar recursos a las escuelas normales y eliminar las Escuelas de Tiempo Completo, para concentrar recursos en manos de los padres de familia, sólo abona el terreno para un clima de desilusión y descontento entre el magisterio. Por cierto, resulta curioso el ominoso silencio del SNTE.