En éste, no se deja títere con cabeza y se hace una radiografía muy certera sobre la jefa de la Ciudad de México y su relación con el jefe del Ejecutivo federal. «Desde el inicio AMLO empezó a dibujar su sucesión para dejar en su lugar a alguien a quien pudiera manejar desde las sombras: Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de Ciudad de México. Cuando compitió por la jefatura de Gobierno, la doctora Sheinbaum supo presentarse ante la ciudadanía de la capital como una persona capaz de absorber lo bueno del obradorismo sin los prejuicios trasnochados del caudillo: mujer feminista, austera y científica universitaria, que incorporó a figuras de la sociedad civil a su gabinete; era moderada en sus expresiones públicas hacia sus rivales y críticos», advierte Loret de Mola.
Pero donde se le va a la yugular, y tenga por seguro que no le causa nada de gracia al número uno Palacio de Gobierno, es cuando señala que: «(Sheinbaum) ha dejado de hablarle a las clases medias y medias altas que votaron por ella al creer que era una figura de izquierda moderna. Los resultados de esa apuesta han sido electoralmente catastróficos y hoy Ciudad de México, que era el bastión lopezobradorista por excelencia, parece más bien de la oposición».
