Cuando Virgilio Andrade, entonces titular de la Secretaría de la Función Pública, exoneró a la pareja presidencial sobre el conflicto de intereses en el tema de su Casa Blanca, el entonces candidato eterno a la presidencia de México declaró que ese informe de exoneración era una tomadura de pelo. Entrevistado en una gira como líder de Morena en Durango declaró: «Virgilio Andrade es un alcahuete y ya se sabía cuál iba a ser el resultado. Lo nombró Peña Nieto, ni modo que juzgara a Peña Nieto, eso solamente sucede en nuestro país, donde se ve que una investigación la haga un fiscal nombrado por el inculpado, sólo en México».
Ahora que la misma Secretaría de la Función Pública exonerara a su hijo del conflicto de intereses por haber aceptado vivir en la casa de uno de los ejecutivos de Baker Hughes, empresa que aumentó en los tiempos de la 4T sus contratos con Pemex, ¿qué es lo que dirá el presidente?
Muy en su papel de líder de la oposición López Obrador siguió declarando sobre la exoneración de la Función Pública a Peña Nieto: «Y ahora salen a decir que no hay conflicto de intereses, ando buscando todavía al tonto que se los crea». Sobre la exoneración de la Función Pública a José Ramón López Beltrán le decimos lo mismo señor presidente: «Estamos buscando al tonto que se lo crea».
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