La popular frase «no hay peor ciego que el que no quiere ver» sirve para recordarnos que es imposible convencer a alguien de aquello que no quiere ver o aceptar. Tal parece que el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, prefiere cerrar los ojos ante una realidad que no es de su agrado, ya que ésta sólo evidencia la ineptitud de su gobierno para combatir la inseguridad que viven los veracruzanos, especialmente en la capital del estado. Resulta que el Ejecutivo estatal ahora sale con la puntada de que «Xalapa está tranquila», y que «no hay focos rojos por homicidios y que los que han pasado solo son hechos esporádicos».
De verdad que este personaje vive en un mundo de caramelo que sólo existe en su imaginación, ya que apenas hace unos días, en la colonia Casa Blanca asesinaron a mansalva a tres personas y aparecieron otros tres cadáveres en la colonia Antorchistas.
Desafortunadamente sólo queda concluir que, si alguien no quiere aceptar que la inseguridad en la capital del estado es una realidad y no quiere ver las cosas que tiene delante, ni toda la evidencia ni los argumentos más racionales, sólo queda concluir que el gobernador vive una realidad muy diferente a los tiempos violentos que viven los xalapeños.
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