Arturo Reyes Isidoro / La validación por parte del máximo tribunal electoral federal del triunfo de Federico Salomón Molina como nuevo dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN) exhibió una vez más el vergonzoso sometimiento tanto del Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) como de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) al Gobierno del Estado.
Ayer se confirmó no solo la derrota de Joaquín Guzmán Avilés en la elección del pasado 19 de diciembre sino también de los tribunales estatales ante el TEPJF, fracaso que alcanza al secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, bajo cuyo control están tanto el TEV como la Sala Regional referida. En la elección Salomón Molina obtuvo 9,034 votos contra 8,445 de su oponente.
Luego de su triunfo en las urnas, el 20 de enero Federico había recibido la constancia de reconocimiento como nuevo dirigente por parte del Comité Ejecutivo Nacional y el día 21 había presidido la primera sesión de integración de los integrantes de su comité, pero su nueva gestión se vio entorpecida por la impugnación de su triunfo que hizo el ahora exdirigente estatal Joaquín Guzmán Avilés, quien se aferraba a la dirigencia, presuntamente con el apoyo del secretario de Gobierno.
La intromisión del Gobierno del Estado era para evitar el encumbramiento, de nuevo, del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares y su corriente a través de la senadora Indira Rosales San Román, quien ahora es la nueva Secretaria General del comité estatal. Así, el triunfo de Salomón lo comparte también Yunes Linares.
Salomón Molina dijo ayer en la tarde al columnista que espera la notificación oficial de la resolución de su triunfo para tomar posesión oficialmente del edificio que alberga las oficinas del Comité Directivo Estatal y que reasume el cargo con toda su intención de reagrupar a todo el panismo incluyendo al grupo perdedor con cuyos integrantes ha mantenido comunicación.
Una vez instalado se dará a la tarea de recorrer todo el estado para iniciar una tarea de reactivación y fortalecimiento de los comités municipales y para entrar en contacto directo con los liderazgos con miras a conformar una nómina de quienes puedan ser sus candidatos en 2024. Pero enfatizó que primero será lo primero, poner orden en lo interno y lograr la mejor estructura con la que va a trabajar.
En enero pasado había nombrado ya como coordinadora de los diputados federales a María Josefina Gamboa Torales y de los diputados locales a Enrique Cambranis Torres, como representante ante el Organismo Público Local Electoral (OPLE) a la exdiputada local Ana Cristina Ledezma López, y como coordinador de alcaldes, síndicos y regidores al presidente municipal de Boca del Río, Juan Manuel Unanue Abascal.
La fracción de los diputados federales la integran Alma Rosa Hernández Escobar, Carlos Alberto Valenzuela y María del Carmen Escudero Faibre, y la de los legisladores locales, Jaime Enrique de la Garza, Enrique Cambranis Torres, Nora Jessica Lagunes Jáuregui, Bingen Rementería Molina, Itzel Yescas Valdivia, Verónica Pulido Herrera y Miguel Hermida Copado.
Atrás del triunfo de Federico se erigen como hombres fuertes del panismo en Veracruz el diputado local Enrique Cambranis Torres, a cuya corriente política pertenece Salomón, y el exgobernador Yunes Linares, quien negoció con el nuevo dirigente y con Cambranis carteras del CDE, aunque también están integradas todas las demás corrientes del blanquiazul, hasta ahora con la excepción de la que encabeza Joaquín Guzmán Avilés.
En el fondo, el triunfo también fue del candidato original a la presidencia, Tito Delfín Cano, a quien el gobierno del estado sacó de circulación al acusarlo de abusos de autoridad y fraude y encarcelarlo. Su aprehensión se dio en plena campaña por la dirigencia, con lo que se dio ventaja a Guzmán Avilés.
El nuevo dirigente asumirá una posición de respeto pero crítica con el gobierno del estado y su independencia no será negociable.
Detectaron venta de plaza en el DIF Estatal
En el gobierno que proclama que ya se acabó la corrupción, se ha detectado la venta de una plaza en el DIF Estatal Veracruz, cuya titular es Rebeca Quintanar Barceló.
El caso afloró cuando familiares de una presunta víctima de fraude denunciaron a un empleado de nombre Edwin Enrique Galindo Mahé, quien habría vendido una plaza en 400 mil pesos pero que al final era de menor nivel (médico de seis horas) que la que había ofrecido.
Según la información que se tiene, el empleado es integrante de la directiva del sindicato “democrático”, quien al percatarse que había una base pendiente por asignar, pidió autorización al dirigente José Alfredo Barrientos Ramos para intercambiarla por la suya, lo que obtuvo, y entonces vendió la que dejaba.
Sin embargo, el comprador fue advertido que lo que había pagado no correspondía a lo que le habían ofrecido, le recomendaron que revisara las condiciones en las cuales laboraría, y su progenitora intervino, porque había aportado la mayor cantidad para el pago, y comprobó lo que puede constituir un posible fraude.
En el interior del DIF comentan que el involucrado, el dirigente del sindicato y la secretaria de conflictos, Rubicela Cornejo Quiroz, quien debió haber dado el visto bueno para la venta de la plaza, prácticamente andan escondidos para no responder al reclamo de que devuelvan el dinero. Sus compañeros dicen que de ahí sacaron para irse a pasear a las playas del caribe, según fotos que han exhibido.
Lo sospechoso aquí es que, además, el área de recursos humanos de la dependencia autorizó la entrega de la plaza, por lo que los empleados creen que hay un contubernio entre el sindicato y la directiva del DIF.
El Padrino
Vaya polvo el que levantó el secretario de Gobierno Eric Cisneros, quien dado que ya no hay problemas ni asuntos que resolver en Veracruz anda de festejo en festejo por todo el estado y ahora suscitó críticas porque, por desconocimiento de las tradiciones de los pueblos de la geografía estatal, un bautizo colectivo que hizo en Misantla fue confundido con una ceremonia religiosa en su pueblo Otatitlán y hasta el vicario de la Diócesis de Coatzacoalcos, Amado Ruiz Gordon, lo acusó de incurrir en usurpación de funciones.
El religioso dijo que se atribuía actos sacramentales que no le corresponden, que violaba la Constitución y pidió a la Diócesis de San Andrés Tuxtla que abriera una investigación.
En realidad, lo que sucedió es que Cisneros fue una de tres personas a las que se invitó a ser padrino en la tradicional fiesta de Los Pozos (o del Pocito de Nacaquinia) en Misantla, en la que la costumbre ancestral es que los padrinos bañen a cubetazos a la concurrencia, pero esta vez el secretario de Gobierno, quien además llevó una cruz, optó por hacerse de una cubeta y una jícara y durante una hora fue bautizando con agua en la cabeza a quienes le dieron la autorización para hacerlo.
Las fotos donde lo muestran como San Juan el Bautista, derramando agua sobre las cabezas cual párroco a un niño se hicieron virales, así como un video, y las críticas le llovieron. La tradición marca que los padrinos, él uno de ellos, deben adoptar un nombre en totonaco y según los cercanos al alcalde Javier Hernández Candanedo el que él adoptó significa “Soy el plan B”. Cisneros será padrino por tres años.
El mismo martes, el funcionario estuvo en las fiestas de Colipa en donde participó en una cabalgata acompañado de la alcaldesa Gabriela Alejandra Ortega Molina, y antes anduvo de fiesta también en Otatitlán, todo con cargo a los contribuyentes.
En su calentura por ser el candidato a gobernador de Morena, Eric mantiene un papel protagónico que borra por completo al gobernador Cuitláhuac García, quien además en forma inexplicable le permite que se la pase viajando de paseo por todo el estado sin atender los asuntos de la dependencia a su cargo.
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