Desde un principio el presidente López Obrador dijo que la finalidad de los programas sociales enfocados a los jóvenes era arrancar a esta población de las garras del crimen organizado. Las Becas “Benito Juárez”, los apoyos de Jóvenes Construyendo el Futuro, Jóvenes Escribiendo el Futuro debía bastar para que los jóvenes decidieran transitar por el camino bueno. Sin embargo, al parecer esto no ha sucedido. Y eso lo reconoce la propia titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez.
En el inicio del programa “Constructores de Paz” en el estado de Michoacán la funcionaria declaró: «El corazón de esta estrategia está en los jóvenes que no han podido estudiar, no encuentran trabajo y viven en colonias con altos índices delictivos, queremos atender las causas que dan origen a la violencia con un trabajo coordinado en el territorio, porque para construir la paz, nadie puede estar solo, debemos cerrar filas y trabajar en conjunto».
Casi tres años y medio de becas, de apoyos, de dinero fácil y los jóvenes todavía ven el mundo del narcotráfico como algo atractivo a lo que les gustaría acceder. Tenía tantas buenas expectativas el presidente en estos programas, que hasta presumía que otros países de Latinoamérica se lo estaban copiando. ¡Si vieran que no ha funcionado!
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