El padre del Checo Pérez sabe que en la Cuarta Transformación vale más un gesto de lambisconería que la eficiencia, la congruencia o la honestidad. Es por ello que el diputado Antonio Pérez Garibay no pierde oportunidad para lamerle las suelas al presidente de México. El día del cumpleaños del presidente el padre del Checo Pérez llevó un pastel con una figurita de Amlito. Ahí en el pleno de la Cámara de Diputados le pegó de mordidas a la tarta, sin importarle el desfiguro. Antonio Pérez Garibay dice que estaba armando su campaña para buscar la gubernatura de Jalisco, pero sus asesores le dijeron que a él le alcanzaba para la presidencia.
¡Se imaginan la calidad de asesores que tiene! De hecho, este señor, que ha vivido al amparo del poder priista y panista dijo: «No soy un político, soy un ciudadano más y voy a construir el México del futuro. Lo digo viéndote a los ojos: Voy a ser el próximo Presidente de México».
Este sujeto dice que puede reunir a los 20 empresarios más importantes del país para que lo ayuden a jalar hacia adelante: «Lo que se necesita para 2024 es un presidente que unifique al país; tengo una buena relación con el pueblo, pero también me puedo reunir con los 20 empresarios más importantes de este país, llámense Emilio Azcárraga, Carlos Slim, Carlos Hank, Juan Beckmann; soy amigo de ellos y también tengo buena relación con los ex presidentes de México». Podre infeliz, tan grandote y todavía tiene sueños húmedos.
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