La moneda está en el aire en lo que tiene que ver con la aprobación de la reforma eléctrica del amo y señor de la 4T. Si la propuesta de López Obrador no es aprobada, como todo indica, por la Cámara de Diputados será una dura derrota para quien se ostenta como el único dueño del poder político. Y es que sus asesores y, sobre todo el presidente, saben que si no pasa la reforma eléctrica, la oposición ya engallada tampoco le dará el visto buen a la reforma electoral.
Sobre todo, que ya se la tienen jurada al INE, no sólo por parte del presidente López Obrador, sino también por el presidente del Morena, Mario Delgado, y por el impresentable Félix Salgado Macedonio. Lo cierto es que, si el presidente quiere cerrar los ojos a la realidad, podría llevarse una desagradable sorpresa en el 2024.
Que entienda que no fue fortuito que ocho de cada 10 ciudadanos, de un total de 92 millones registrados en el padrón electoral, decidió, por distintos motivos, no fue a las urnas y eso debería alarmar a la cúpula de su partido. Por lo pronto, gran parte de su capital político se lo estará jugando este Domingo de Resurrección.
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