La postura del presidente ante el informe de la ONU sobre desaparecidos en México sólo revela la personalidad de un mandatario obcecado y terco que no acepta la más mínima critica. «Ningún organismo internacional va a ponernos en el banquillo de los acusados si estamos actuando con legalidad, con humanismo. ¿Qué pueden hacer? Nada. Inventar», dijo el mandatario mexicano en una sus conferencias mañaneras. El informe de la ONU sobre desaparecidos en México no dice toda la verdad acerca de este tema, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El jefe del Ejecutivo federal no acepta que, si bien la mayoría de los desaparecidos continúan siendo hombres de entre 15 y 40 años, hay una tendencia preocupante: un aumento de las desapariciones de niños y niñas.
Además, el Gobierno Federal no admite que hay al menos 52 mil muertos sin identificar en fosas comunes cuyos familiares, en la gran mayoría de los casos, nunca sabrán su destino. Pues lo peor que le puede pasar a un país es que su gobernante no acepte la realidad y quiera esconder sus muertos en el sótano de la indiferencia.
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