Salvador Muñoz / Este domingo, muy independiente de la actividad por el plebiscito sobre la Revocación de Mandato, se cumplen 100 simbólicos días de administración municipal en el estado. Nadie, ningún alcalde, está obligado a hacer un corte de caja en esta centena de días, salvo que haya hecho un compromiso con sus ciudadanos para resolver un problema o hacer una obra significativa para con sus gobernados…
Quizás en ese contexto tendría jiribilla hacer el corte de caja, con carnita, como si el alcalde de Xalapa se hubiera comprometido en 100 días, acabar con los baches de la ciudad… vamos, de eso se tratan los 100 Días: cumplir un pacto.
Fuera de ello, pedir en este lapso un resultado contundente a cualquiera de las autoridades municipales de los 212 municipios, sería un poco precipitado dadas las condiciones que arrastran en su inicio de administración, que van desde “empaparse” del papel que les toca hacer porque es evidente que muchos, ni idea tienen de ser Presidente Municipal; poner orden en las arcas porque por lo regular, su antecesor les dejó una nómina abultada, aviadores, laudos y burocracia excesiva; armar el Plan de Gobierno; ver qué les dejó y qué se llevó el ex alcalde, tanto en mobiliario, inmobiliario así como parque vehicular; y lidiar con el Sindicato que por lo regular, aprovechan la transición para exigir algunos detallitos, aprovechando que llega la mayoría, seditas…
No obstante, estos primeros 100 días vendrían a ser las Cabañuelas del ciudadano con respecto a sus autoridades municipales…
Un inicio con tropiezos, desaciertos, malas decisiones, contratiempos, conflictos y espectáculos (entendidos éstos como desfiguros políticos) hablan de lo que serán posiblemente los cuatro años de gobierno municipal…
Al contrario, un inicio con reuniones, acuerdos, pactos, convenios (con los factores de desarrollo, progreso, educación y económicos de la ciudad), así como implementación de programas con su debido seguimiento, pueden vislumbrar el buen desempeño de una autoridad municipal que quiere hacer bien las cosas.
El ciudadano promedio no es exigente con sus autoridades municipales… nomás les pide que no les falte el agua, que pase el carro de la Limpia Pública periódicamente, que haya iluminación y pavimento en sus casas y en algunos municipios, tráfico fluido.
Los ciudadanos más aventurados, además de lo anterior, pedirán ver impecables las áreas de esparcimiento familiar así como las destinadas al ejercicio…
Pero habrá otros que exijan inversionistas, polos de desarrollo y facilidades para ello porque de manera directa e indirecta, habrá liquidez, fluidez, empleo, y aunque no lo crea, ciudadanos felices…
Así, cuando este domingo salga de su casa ya sea para irse al balneario aprovechando las vacaciones, o se dirija a la urna para hacerle el caldo gordo al Presidente, eche un ojo a su calle, a su colonia, a su ciudad, y si la ve igual que al inicio de la administración de su actual alcalde, no sufra, Roma no se hizo en 100 días, pero que ello no lo limite a buscar los canales municipales para decirle a su presidente municipal qué es lo que quiere para su calle, para su colonia, para su ciudad… recuerde, si el alcalde empezó mal en estos cien días, apriételo; si empezó bien, que no afloje el paso…
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